La creciente que se avecina aceleró las obras en varios sectores de islas. Empresas extranjeras dedicadas al cultivo de soja desoyeron el mandato judicial de paralizar las obras. Grupos ecologistas denunciaron el impacto ambiental por la intromisión de la mano del hombre.
Frente a las costas de Villa Constitución, en jurisdicción entrerriana, aproximadamente 10 mil hectáreas que fueron adquiridas por la firma Bema Agri BV con la intención de desarrollar un emprendimiento agrario. Para tal fin comenzó la construcción de un largo terraplén y el drenaje del interior de esa zona de islas para adecuarlo a la siembra y cultivo de diversos cereales como así también a la cría de ganado. Esta alteración del ecosistema, alertan los ecologistas, acarreará un profundo impacto ambiental.
En agosto del 2008 el Consejo Regulador del Uso de Fuentes de Agua (Corufa), y la Secretaría de Obras Públicas de la municipalidad de Victoria, prohibieron continuar con los terraplenes, y “toda otra labor que implique movimientos de suelo en la isla Irupé".
Las agrupaciones ambientalistas Taller Ecologista, de Rosario, M´Biguá, de Entre Ríos y Renacer , de Villa Constitución, denunciaron que las obras siguen, “en una total impunidad en lo que respecta al cumplimiento de las normas vigentes".
La crónica contada en varios medios del litoral, agrega que “la misma empresa adquirió campos en la zona de Pavón, ya en tierra firme, para realizar una explotación similar. Estos verdaderos diques alteran el régimen natural de fluctuación del agua en los humedales, pudiendo afectar su biodiversidad, además de convertir un ecosistema natural en un monocultivo".
Esperan ahora que la Justicia tome cartas en el asunto, antes que el daño sea irreparable.
Foto 1: Maquinaria sigue trabajando en las islas.
Foto 2: Con canales artificiales drenan el agua de los humedales.
Fotos cortesía de grupos ecologistas.