Las dos mujeres se encuentran al borde de un ataque de nervios. El Abrojal es un polvorín. Los hombres no caminan. Deambulan, porque no saben de dónde van a sacar la moneda para pagar. Hay ancianas que duermen en las mecedoras para no gastar el colchón. Y para colmo, para mal de males, un tremendo terror por las facturas de luz, gas, teléfono, tasas y todo lo que viene este mes…