Interes General
15/06/2025 - 08:14:03



Dios es unión de personas en el amor


Por obispo Monseñor Hugo Santiago

Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 16,12-15)

“Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo loque es del Padre es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.” Palabra del Señor

Fuiste creado a imagen de Dios que es uno y es relación del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en el amor, por eso tienes como vocación vivir vinculado con Dios, que te creó, con los hombres tus hermanos y con las cosas, cuidando la Casa común que es la creación que Dios Padre te regaló, y esto es lo que nos realiza como persona y sociedad.

Sin embargo, el hombre, por el pecado, desconfió de Dios y para realizarse rechazó vincularse, salir de sí, como ley de la propia vida; decidió, por el contrario, tomarse a sí mismo como ley para construir su destino. Esta actitud es como si un niño en el seno de su madre pudiese y decidiese cortar el cordón umbilical por el cual la mamá lo alimenta, lo hace crecer y lo mantiene vivo. La lógica consecuencia es su muerte, en este caso, no por culpa de la madre sino por decisión del niño. Del mismo modo, la muerte no es “culpa de Dios”, sino fruto de la decisión del hombre de “cortar” la relación con el Dios de la vida. Así, mediante el sufrimiento, la muerte muestra sus signos en la vida del hombre, sobre todo por el egoísmo y la ruptura de vínculos; el desentendimiento y la confrontación con los semejantes; la falta de fidelidad, la orfandad, la soledad, la injusticia social, la guerra, la discriminación, el descarte de los ancianos, el aborto, la eutanasia, y tantos modos de sufrimiento que van creando una cultura de muerte.

Así, tienes que darte cuenta que la “autorreferencialidad” no es camino de realización y tienes que volver a tomar como referencia a Dios para buscar de verdad tu felicidad a partir del encuentro, el entendimiento y el amor con tus semejantes. Reconstruir el “cordón umbilical roto” que te une al Dios de la vida que te ama inmensamente, como naturalmente ama una madre al hijo de sus entrañas; descubrir que el niño viviendo y creciendo en el seno materno es un signo más que elocuente de que tu vocación es la unidad con otro, unido al cual te sientes seguro porque te ama; del cual, sin embargo te distingues porque eres una persona distinta; es descubrir que tu vocación es aprender a vivir vinculado por el amor, no obstante te distingues de otros como personas, es el camino de retorno a la vida.

Jesús es un testimonio elocuente de que este es el camino del hombre, porque para reconstruir los vínculos nos amó hasta dar la vida; por eso tenemos que asombrarnos al ver como el estilo de vida de Jesús recompone los lazos humanos y crea una cultura del encuentro y de la vida; lograr reconstruir y mantener vivos los vínculos con Dios y los demás es experimentar que volvemos a tener vida en abundancia, porque para eso vino Jesús; es redescubrir que lo esencial de nuestra vida es vivir unidos al Padre Dios y a nuestros hermanos, y que esos son signos de una vida “resucitada”. Jesús se conmueve por el hombre que anda errante por la vida como oveja sin pastor, como se conmueve por las lágrimas que nos hace derramar una vida sin Dios y sin hermanos, y nos ofrece el milagro: pasar de la muerte a la vida, recomponer los vínculos con Dios y entre nosotros. Desde su bondad y misericordia nos dice: “No llores”, y nos da la gracia de vivir reconciliados, de volver a la vida, de pasar de la soledad al encuentro, de la orfandad a una vida filial; en fin, ser como Dios, que es relación de personas en el amor. Que Dios te bendiga, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Buen domingo.

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