Por Obispo Monseñor Hugo Santiago
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan (Jn 21, 1-14)
Jesús resucitado se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, Natanael, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: “voy a pescar”. Ellos le respondieron: “Vamos también nosotros”. Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: “Muchachos, ¿tienen algo para comer? Ellos respondieron: “No”. Él les dijo: “Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán”. Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: “Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar”. Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes. Jesús les dijo: “vengan a comer”. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos. Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? El le respondió: “Sí, Señor, Tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”. Le volvió a decir por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Él le respondió: “Sí, Señor, sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”. Le preguntó por tercera vez: “Simón hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: “Señor, Tú lo sabes todo; sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “apacienta mis ovejas”. Palabra del Señor.
La única pregunta que Dios hace
Hay una sola pregunta de Dios al hombre y Jesús resucitado se la hace a Pedro: “¿me amas?; Si Jesús le preguntase: “Pedro: ¿cómo anduviste en la fortaleza? Él tendría que responder: “fallé”, porque por miedo te negué tres veces; si le preguntase: “¿Cómo manejas tus impulsos?, Pedro diría: “fallé”, porque mis impulsos me llevaron a usar la violencia; si le preguntase: “¿entiendes mi propuesta?, Pedro respondería: “a veces no te entiendo”, “no entiendo tu cruz; pero Jesús le hace una sola pregunta y se la repite tres veces como para indicarle que no tiene otra pregunta que hacerle, que no le interesa hacerle otra pregunta: “¿me amas?”. En español aparece tres veces el mismo término: ¿me quieres?, pero en el griego, que es el idioma original del Evangelio, los términos cambian. Primero Jesús utiliza el verbo “phileo”, que se refiere al amor de amistad. Por lo tanto, le pregunta a Pedro: ¿cómo te mueves en el campo de la amistad?”; “¿qué capacidad de reciprocidad tienes, de dar y recibir, de amar y ser amado, de ayudar y ser ayudado? Luego el verbo cambia, es: “agapao”, que significa el amor oblativo o gratuito, y entonces la pregunta de Jesús a Pedro es: ¿qué capacidad tienes de tomar la iniciativa en el amor, aunque no recibas nada a cambio?”; “¿cómo te mueves en el campo del amor desinteresado?” Es una pregunta enorme que indica el corazón de las relaciones humanas y de la relación con Dios. Pedro, mostrando que es amigo de Jesús, le responde: “Tú lo sabes”, mostrando con su respuesta que, aunque es frágil, sin embargo con Jesús han entrado en el campo de la intimidad, de la amistad, porque el amigo conoce al amigo. A veces andamos preocupados por nuestros límites y yerros y está bien; sin embargo Jesús sólo nos interroga si en nosotros hay amor o no.
¿Amas? ¿me amas? Ámalos
Jesús Resucitado conjuga con Pedro todo el lenguaje del amor. Primero lo interroga sobre su capacidad de amar: ¿amas? Luego le pregunta hasta qué punto esa capacidad de amar está dirigida a Él: ¿me amas? Finalmente le indica que el motivo de la misión y el servicio cristiano es el amor a los demás: “ámalos”. Aquí está lo medular de la religión, tan simple y tan profundo, no hay más, lo que queda es complemento, concreción, pero sólo tiene valor si está movido por el amor a Jesús y a los demás. Por lo tanto, si queremos repasar cómo anda nuestra fe, pongámonos como destinatarios de las preguntas de Jesús a Pedro. Buen domingo.