Salud
16/06/2023 - 18:33:26



Con la llegada del frío piden extremar los cuidados


No tiene olor, color ni sabor, ni produce irritación pero su toxicidad es capaz de matar. De hecho, el monóxido de carbono provoca cada invierno 40 mil accidentes y unas 250 muertes en el país.

Advierten especialistas que, con la llegada de los primeros fríos intensos, urgen a extremar las precauciones para reducir los riesgos con el monóxido en el hogar.

Aunque se lo tiende a asociar con las estufas a gas, el monóxido de carbono puede ser producido por cualquier artefacto que utilice combustible (gas, carbón, madera, plásticos, kerosene) cuando se quema de manera incompleta en presencia de una baja concentración de oxígeno.

Las fuentes más comunes de monóxido son los gases de escape de motores a combustión (autos, camiones, grupos electrógenos, motosierras), las cocinas a gas, las estufas, salamandras, mecheros, las cocinas a leña y los sistemas de calefacción, entre otros.

Pero lo cierto es que “una parte sustancial de las intoxicaciones (el 80%) suceden por fallas en los aparatos de gas en el hogar, principalmente, la cocina y el calefón, en lugares sin la adecuada ventilación”, cuenta el médico clínico Ramiro Heredia, especialista en medicina interna.

Al respirarlo, “el monóxido ingresa al organismo y se une a la hemoglobina, la principal proteína transportadora de oxígeno de la sangre, con una afinidad 250 veces mayor que el oxígeno, ocupa su lugar y evita la oxigenación adecuada de los distintos tejidos”, explica el profesional.

Se sospecha que podría haber una intoxicación “cuando una o varias personas -generalmente, convivientes- presentan simultáneamente dolor de cabeza, mareos, debilidad, cansancio, náuseas y vómitos, somnolencia, pérdida de conciencia y/o convulsiones, palpitaciones y/o dolor de pecho, y paro respiratorio y/o muerte tras haber estado en un lugar cerrado. Todos son síntomas inespecíficos”, detalla el médico.

“Muchas veces, uno encuentra directamente a la persona o al grupo sin conciencia, en el piso”, agrega Heredia al mencionar que “los más vulnerables son los niños, los adultos mayores, las embarazadas, los fumadores, las personas con enfermedades cardíacas y respiratorias, y quienes viven en la altura”.

Si se sospecha de una intoxicación, lo primero que hay que hacer es ventilar el lugar (abrir puertas y ventanas), retirar a los individuos y mascotas de inmediato y llamar a emergencias.

El tratamiento es con oxígeno y en el centro médico. Algunos afectados requieren el uso de una cámara de oxígeno hiperbárica, es decir, aquella con una presión de oxígeno muy elevada en su interior, en la que se coloca al paciente y ayuda a que el oxígeno ingrese en el cuerpo con mayor rapidez.

“Para reducir las posibilidades de intoxicación se pueden mantener los ambientes bien ventilados, no usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar, el calefón no debe estar en el baño o en lugares cerrados, y hay que asegurarse de que todos los electrodomésticos funcionen correctamente, para lo cual es conveniente hacerlos revisar cada invierno por un profesional”, recomienda Heredia.

Un indicador de que una estufa o una cocina podrían estar generando monóxido de carbono en el ambiente es la coloración amarilla o anaranjada de la llama de su hornalla o su quemador. Esta tiene que ser siempre azul y de geometría uniforme.

También las manchas de hollín, el tiznado y la decoloración de los artefactos o los conductos se evacuación de gases puede indicar una mala combustión.

En cualquier caso, “siempre es recomendable asegurarse de que haya ventilación. Si bien las bajas temperaturas son difíciles de soportar, se debe mantener la casa ventilada, de forma que se tienen que abrir puertas y ventanas para permitir que entre aire fresco”, resalta por su parte la médica Bárbara Manson, quien recomienda además “no dormir con la estufa encendida dentro de la habitación para evitar la acumulación de gas durante las horas de sueño.

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