En la encuesta lanzada por EL INFORMANTE, el 49 por ciento opinó que la siderúrgica no pasará a manos del Estado, pero un 47 por ciento opinó que sí. Estas magnitudes hablan de la gran incertidumbre que existe sobre el futuro de la empresa, que acusa el impacto de una crisis global sin precedentes.
Desde que se decidió cambiar el ritmo de las inversiones en la planta, y el Ministerio de Trabajo tuvo gran injerencia en la resolución del conflicto suscitado entre los gremios de la UOM y UOCRA con Techint, la posibilidad que la empresa vuelva a manos del Gobierno se azuzó amenazadoramente. Afiches premonitorios y la referencia de Sidor en Venezuela fueron las manifestaciones más fuertes. Ni los empresarios, ni los gremios, ni los políticos de fuste quisieron arriesgar esa salida. Actualmente el conflicto generado por la propuesta de Siderar de pagar en cuotas el Premio al Resultado Positivo, volvió la cuestión al tapete. En las movilizaciones organizadas por la UOM hubo referencias directas acerca del rol que tendría que jugar el Estado si el privado no invierte en industrias estratégicas para el país. Un argumento que para algunos está desactualizado, pero que otros ven como la solución a todos lo problemas.
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