Interes General
17/08/2018 - 20:33:55



Vinos nicoleños fueron premiados mundialmente


“A lo largo de 100 años San Nicolás de los Arroyos fue una ciudad vitivinícola. No llama tanto la atención este dato como que la historia haya sido olvidada por la mayoría de los actuales nicoleños. Solo un detalle estadístico le asigna dimensión a este olvido: en el año 1957, 55 bodegas produjeron más de 11 millones de litros de vino provenientes de viñedos de 403 productores”. Periodista Walter Álvarez.

Diego (44) y Valentín (33) son hijos de esa historia. Su tatarabuelo fue el primero en transformar las tierras nicoleñas en viñedos. Carlos Cámpora trajo desde Italia la tradición vitivinícola que heredó su descendencia.

Pero la quinta generación concibió el legado de una manera distinta: El vino como forma de expresión, y no como medio para subsistir.

Así nacieron tres milagros: “Néctar de Dios”, “Piaf” y “Je suis Malbeck”. El primero de ellos premiado en la edición 2017 del concurso Vinus y los otros dos obtuvieron medalla de plata internacional en el Vinus 2018.

Participaron 450 muestras de 180 bodegas de 17 países, y los vinos nicoleños demostraron que no se trata de recursos, tradiciones, reglas. Se trata de hacer lo imposible: “Proyectamos un vino casi de la nada. Es un vino de culto, de partida exclusiva. Es un vino natural con menos de 29 miligramos por litro de sulfito, cosa que es imposible”, detalló Valentín.

“Nadamos contra la corriente”, agrega Diego al mencionar que se enfrentaron a bodegas con una mayor producción, contra cosechas de tres o cuatro años, con marcas que compiten en el mercado mundial.

“Es correr una carrera de Fórmula 1 con un fitito”, ejemplificó Valentín.

Ambos se esforzaron al máximo por hacerme comprender cómo ocurría la magia.

Me contaron que el proceso de producción incluye música; implica controlar cada hora y media durante 10 días la fermentación; manipular el vino sólo con las manos; no usar levadura para fermentar; realizar un plan de elaboración especial para cada vino; mantener en continúo contacto con el productor (las uvas las traen de Mendoza), entre otros detalles.

Pero creo que hay cosas que escapan a toda definición. Que no pueden encasillarse en una palabra. Que no puede vanalizarse en una secuencia de hechos, números, materia. Simplemente se vive y se siente.

Y eso que cuesta definir, es lo que crean estos dos hermanos en un galpón en la Ruta 188 (que le perteneció a su bisabuelo) y con una moledora de mano y una embotelladora de más de 100 años.

“Es amor con un corcho”, dijo Valentín, fiel a su ADN de músico y compositor.

“Si una bodega tuviera que vender un vino así, no lo vende, porque es imposible”, garantizó Diego.

Por eso al Néctar de Dios, a Piaf o a Je suis Malbeck no los vas a encontrar en ninguna vinoteca. Sólo ingresando al Facebook o Instagram de Valentín Piu podrás hacer el contacto para conseguirlo.

Porque Diego es padre, empleado y después hace vinos. Valentín es músico independiente y después hace vinos.

“Es un hobby pero hecho con mucha seriedad. Tanta que deja de ser un hobby”, explica el mayor de ellos y agrega: “Lo que hacemos lo hacemos realmente desde el corazón, desde el esfuerzo y desde la ilusión”.

¿El momento más feliz?
Ayer. (Ambos coinciden que haber sido premiados fue el momento más feliz)

¿El momento más difícil?
Valentin: El momento más difícil no sabes cuándo puede llegar. Cuando hace el vino, todos los días son difíciles y más cuando lo querés hacer como lo querés hacer.

¿Qué es el éxito?
Valentín: Es el espejismo que ve un tercero.
Diego: Que la gente reconozca lo que vos disfrutás.


¿El mejor consejo que te dieron?
Valentin: Hazlo tu mismo. Igual no soy de tomar consejo.

¿Se consideran emprendedores?
Soñadores (coinciden ambos)

¿Un consejo para quienes tengan algún sueño?
Valentín: No tomen ningún consejo


Nota escrita por Melisa Sabatini

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