La distancia no impide que las amigas de El Abrojal se comuniquen para contarse sus cosas. Mientras espera una que la otra vuelva del Viejo Mundo, le adelanta que no hay muchos cambios en la ciudad. Salvo los juramentos de fidelidad partidaria rotos, la lluvia que hundió las cubiertas zanjas de la Obra de Cloacas, y la Feria hermosa otra vez, en la Costanera, todo sigue casi igual.
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