Policiales
03/11/2017 - 18:14:16



Robó de su casa un plasma para cambiarlo por droga


El secuestro de drogas y la detención de un vendedor deja al descubierto la problemática social que hay tras el narcomenudeo. Delincuentes hacen presas a adolescentes que sin personalidad firme se envician y roban para drogarse.

El miércoles se logró secuestrar por parte de la Policía Comunal de Arrecifes y Delegación Narcotráfico San Nicolás, un kilo de marihuana compactada y varios envoltorios que contenían la misma sustancia, fraccionada y dispuesta para la venta.

La diligencia se llevó a cabo en un domicilio de calle Los Patos 112, de Capitán Sarmiento, en cumplimiento de una orden de allanamiento solicitada por la Dra. María Verónica Marcantonio, y expedida por el Juzgado de Garantías N 2, a cargo del Juez Ricardo Prati.

La medida estaba dirigida contra un sujeto conocido como " El Paraguayo ". El sospechado le vendía a los jóvenes de la zona y uno de sus clientes de apenas 16 años, había canjeado por la droga un plasma de 40 pulgadas que había robado de su propia casa.

Descubierto el delito los padres del menor radicaron la denuncia penal pertinente, haciendo alusión que el Paraguayo Zarza, vendía a toda hora drogas a los menores.

En el procedimiento, donde se secuestró droga y otros elementos de interés para la causa, Arnaldo Andrés Zarza de 34 años de edad de nacionalidad paraguayo, quedó aprehendido en orden al delito de " tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”.

Respecto a este caso y otros similares, se repite que los adictos para comprar drogas roban, elementos y artículos electrodomésticos de sus hogares para pagarle a los transas.

Así por ejemplo en otro caso, se detectó el caso de un menor que robaba dinero de las billeteras y carteras en algún descuido, y han llegado hasta exigir dinero y agredir a sus progenitores enajenados por la necesidad de la droga.

La adrenalina que les impulsa el deseo de consumir drogas o robar para poder hacerlo, no sólo quiebra la confianza de sus padres, sino también la del adicto consumidor.

Es un círculo vicioso entre un estado de angustia, que el consumidor no sabe cómo enfrentar, y el consumo de drogas para disfrazar ese estado. Para encontrar un aparente bienestar no duda en robar, perdiendo valores esenciales como son los vínculos familiares y con otras personas.

Una vez que se agotan todos los recursos que pueden encontrar en sus domicilios paternos, algunos para financiar su consumo, empiezan a robarle a sus vecinos y luego amplían su raid sin límites. Así es que terminan privados de la libertad, procesados y condenados por robo o delitos más graves, cometidos para saciar su necesidad de drogas.

Ilustración: Ahumada http://www.jornada.unam.mx/2012/03/31/cartones/2

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