Mientras se profundiza la búsqueda del cuerpo de Carrasco en zona de islas, la fiscal le tomará declaración indagatoria al confeso homicida. Hasta ahora Ávalos no aportó nada en el esclarecimiento del aberrante hecho.
Con el paso de las horas se hace más intrincado el camino para lograr el esclarecimiento de un homicidio con ribetes horrorosos.
Luis Manuel Ávalos estará ante la fiscal Verónica Marcantonio en carácter de imputado de la muerte de Jonathan Maximiliano Carrasco de 33 años, en circunstancias no establecidas todavía cuando estaban en la isla, regresando de una jornada de caza y pesca, el pasado viernes 13.
Esto se desprende de la última comunicación que tuvo Carrasco con su mujer, cerca de la medianoche del viernes, y de los dichos de Ávalos que acompañado de un abogado realizó en sede policial.
Casi doce horas después de que se realizara la denuncia, en la noche del domingo, y tres días después de regresar solo de la isla, Ávalos asumió que su compañero murió cuando accidentalmente se le disparó la escopeta que estaba manipulando.
Esta fue la versión que se filtró habría dicho Ávalos acompañado de un abogado, el Dr. Sebastián Di Lorenzo, en sede de la DDI.
Casi simultáneamente fuerzas policiales hallaron en el lugar donde acamparon los pescadores y en las inmediaciones restos humanos, desmembrados y carbonizados.
Esto ocurría en la tarde del lunes.
Durante todo el martes se continuó la búsqueda de más restos que hacen presumir pertenecen al cuerpo de Carrasco, y deberá luego la ciencia confirmar fehacientemente. Lamentablemente los resultados fueron infructuosos.
Sin embargo personal de Policía Científica, en la zona de islas y en otros lugares no revelados, realizó la toma de muestras y se secuestraron elementos que son de interés para la causa.
El miércoles se sumará a la búsqueda del otro lado del río un perro adiestrado en la búsqueda de restos humanos, que viene de un cuerpo especial de La Plata.
Este día será crucial para acercarse a la verdad cronológica de lo sucedido, cuando Ávalos de 25 años, comparezca ante la fiscal Verónica Marcantonio.
Para la crónica periodística, las dudas que se plantean en lo poco que se conoce del escalofriante hecho, hace que la curiosidad vaya hasta la intimidad de los intrincados pensamientos de Ávalos. ¿Cómo fue que se disparó la escopeta? ¿Cuándo? ¿Por qué procedió en intentar hacer desaparecer el cuerpo de su compañero de manera tan cruenta? ¿Qué lo motivó a mentir durante varios días hasta que fue inevitable situarlo como el último que lo vio con vida a Carrasco?
Y en esa mar de dudas e incertidumbres, queda flotando si en realidad no hubo una premeditación y tal vez la complicidad de algún otro para concretar el hecho.
Sólo Ávalos tiene las respuestas, el motivo y las circunstancias de este bárbaro hecho que conmociona a la ciudad y trasciende a las columnas policiales de medios nacionales.
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