Educación
03/06/2017 - 23:32:49



¡Peligro de spinner en la escuela!



Como las modas que vienen y se van llegó hasta nuestras costas e inunda todos los ámbitos el fidget spinner. Se trata de un juguetito, que parece inocente, pero altera el orden y la atención en los recreos y las aulas.

Este juguete es un aparato antiestrés inventado hace más de dos décadas, aunque desde hace unas semanas ha desembarcado a lo grande en los recreos de muchos países de todo el mundo.
Es una pieza de plástico o metal simétrica con aspas y un rodamiento central, que se sujeta con los dedos y que sobre el que las aspas giran. Mucho rato. Existen diferentes modelos, con diferente número de aspas, formas, materiales, y puede jugarse simplemente a intentar hacerlos girar o probar trucos con ellos.

Hace unas semanas nadie sabía qué era un fidget spinner. Hoy, padres, profesores y especialistas conviven con este juguete al que se le adjudican, no sin cierta polémica, propiedades terapéuticas y antiestrés.
Aún hay mucho desconocimiento entorno a los spinners.

Algunos indican que es terapéutico, pero en verdad sostener que un spinner es una herramienta para atender los trastornos de déficit de atención es fraudulento. Hace falta investigarlo mucho más. Es muy preocupante la tendencia de la sociedad a vender cualquier cosa como terapéutica sin evidencias científicas.

El spinner se vende como juguete terapéutico para niños con déficit de atención e incluso como cacharro antiestrés para adultos.

Los spinners pueden comprarse en cualquier comercio y los chicos prefieren hacerlo por Internet.

Genera una adicción y hasta ansiedad por volver a empezar el ciclo de hacerlo girar hasta que se detenga, y esto puede durar entre 4 y cinco minutos.

Para poder hacerlo funcionar se necesitan menos habilidades y coordinación que por ejemplo un trompo, con o sin cordón, el clásico balero o un yo yo.



La verdadera historia de este juguete es muy distinta. Catherine Hettinger (62 años, Florida) creó el fidget spinner en 1993 con el único fin de interactuar con su hija Sarah. Hettinger sufre de miastenia, una enfermedad que afecta a los músculos y provoca fatiga, y esta era una de las pocas maneras que tenía de jugar con Sarah. En 2005, la patente caducó y no pudo pagar los 360 euros que costaba renovarla.

Muchas de las páginas web que lo tienen a la venta anuncian el spinner como un artilugio "perfecto para la ansiedad, la concentración, el déficit de atención, el autismo, la hiperactividad, el estrés o incluso para perder malos hábitos". Descripción que a los especialistas no les resulta fiable.

Para poder considerar un producto como terapéutico hacen falta de cuatro a cinco años de investigación previa. De momento, no hay ningún estudio o informe que avale las propiedades curativas que algunos adjudican a los spinners.

La fiebre spinner viene en aumento desde hace apenas unas semanas, y ya comienza a preocupar a los educadores. No hay normas claras que regulen las cosas que pueden llevar los alumnos a las escuelas.

Salvo que el uso que hagan de ellos no es responsabilidad de la escuela y se traslada a los padres.

Docentes defienden que los chicos tengan una actividad más pasiva que otras en los recreos. Entienden que las modas de la calle llegan a los patios. Que algunas son más inofensivas que otras. Y que en general todas tienen un furor que después se va perdiendo.

Mientras tanto hay establecimientos que ya hayan adoptado medidas para impedir el uso y abuso de este artilugio, y las variantes que le han dado algunos.

En una polémica que recién comienza.


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