Interes General
14/01/2017 - 19:58:39



Las fiestas electrónica en el ojo de un especialista en drogas


Tras la muerte de dos jóvenes presuntamente por consumir drogas sintéticas en una fiesta electrónica, se dispusieron más controles. Si embargo, en medio del negocio, suspender o prohibir estas fiestas generó debates internos.

La muerte de dos jóvenes en la fiesta electrónica que se realizó el 31 de diciembre en la ciudad de Arroyo Seco operó como detonante para que los gobiernos de distintos puntos del país y sobre todo la Costa Atlántica comiencen a controlar estos eventos. Si embargo, en medio del negocio, suspender o prohibir estas fiestas generó debates internos. Al respecto opinó para Télam el periodista Emilio Ruchansky.

El intento de prohibir las fiestas electrónicas en Mar del Plata, subsanado posteriormente en el caso de dos eventos programados para estos días, deja varios interrogantes. El intendente Carlos Arroyo no dio muchas explicaciones, más allá de su preocupación por el consumo "alcohol y drogas" en estas fiestas. El alcohol es una droga, vale aclararlo. ¿Prohibir estos eventos previene muertes?

Probablemente no. Ya hemos visto como en la provincia de Buenos Aires existe un circuito paralelo en algunas casas quintas, donde se replican estas fiestas. La prohibición empeoraría la situación, al fomentar la marginalización y el descontrol.

Las dos personas que fallecieron en Arroyo Seco, Santa Fe, así como las otras cinco de Time Warp presentaban cuadros de hipertermia y deshidratación. En ambos eventos había hacinamientos y el acceso gratuito al agua era limitado primero y nulo después. Ni el estado porteño ni el municipal en Santa Fe controlaron estos items, vitales para quien consume éxtasis. ¿Prohibir las fiestas es negarse a controlarlas adecuadamente? Arroyo habilitó dos eventos "bajo condiciones especiales": que haya puestos médicos, socorristas y ambulancias. ¿Estos requisitos no deberían ser de rutina?

La vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, dijo a propósito de Time Warp, que si la "pastillita es tan chica", al referirse al éxtasis, es casi imposible controlar que las personas la ingresen en una fiesta. Aunque parezca una obviedad, es importante entender que la mera represión y el cacheo no sirven. Lo importante es tomar contacto con este público, quienes no suelen tener un uso problemático ni una dependencia a estas drogas sintéticas, pero pueden tener un problema de salud si no toman precauciones o son víctimas de los empresarios de la noche, que saben lo redituable que es vender agua a las multitudes sedientas.

Desde el 2010 existe una ley de Salud Mental cuya reglamentación menciona a la reducción de riesgos y daños como parte de una estrategia sanitaria para abordar el uso de drogas. ¿Qué son estas medidas y por qué no se aplican? Una medida deseable es conseguir un espacio dentro de las fiestas, donde las personas reciban consejos y advertencias sobre el uso y la combinación de sustancias (no mezclar éxtasis con alcohol, mantenerse hidratado, esperar hora y media antes de tomar otra pastilla porque la anterior "no pegó", etc).

En esos mismo espacios, como ya se hace en Uruguay, España, Holanda, Suiza, Alemania y Polonia, entre otros países, se puede realizar testeos rápidos para saber que hay en la pastilla. Si la persona sabe que no hay MDMA, el principio psicoactivo del éxtasis, puede elegir tirarla. Uno de los principios de la reducción de daños es empezar por lo que le sirve a quien utiliza drogas. El testeo sirve y también permite realizar mapas sobre las sustancias que estás circulando. Esta es una manera de prevenir sobredosis y de tomar contacto a través de un servicio y no de inservible represión.

En Mar del Plata hay equipos de salud pública que trabajan bajo la óptica de reducción de daños. ¿Por qué no se los convoca? ¿Hablar e informar es promover el uso? Un enfoque pragmático no implica incentivo alguno, sino un abordaje serio y adulto sobre esta cuestión, rodeada hoy de un silencio mortífero. La prohibición absoluta, como lo demuestran más de un siglo de convenciones internacionales, no disminuyó la demanda ni la oferta de drogas ilegales. Es hora de contener y direccionar el consumo hacia formas menos nocivas, sin perder de vista la salud como horizonte y no la imposición de una moral perfeccionista e irreal.

(*) Periodista y autor de "Un mundo con drogas. Los caminos alternativos a la prohibición: Holanda, Estados Unidos, España, Suiza, Bolivia y Uruguay". Su sitio es: www.unmundocondrogas.com

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