Saber lo que queremos es, quizás, bastante más complejo que afirmar lo que no queremos. Eso dejan de bueno las experiencias y la historia. Nos brindan la seguridad de no querer volver a repetir las cosas que nos lastimaron. Pero muchos se creyeron con la potestad de escribirles la historia a otros.
El anticipo a la primavera trae consigo las efemérides de algunos acontecimientos que jamás debemos olvidar, y mucho menos repetir.
“Hoy es 16 de septiembre y realmente es una fecha muy vinculada con la violencia y la alteración de los derechos”, señala el Lic. en Ciencia Política, Sebastián Arias en referencia a los hechos nefastos que marcaron la historia de nuestro país un día como hoy.
El primer asomo lo hizo la autodenominada “Revolución Libertadora” el 16 de septiembre de 1955 con el derrocamiento del General Juan Domingo Perón. Arias detalló que fueron “17 años de exilio y proscripción de las grandes masas nacionales que no podían ejercer derechos ni elegir ni ser elegidas estando proscriptas a todo lo que refiere a la dirección de los destinos de la patria” y consideró que hoy en día es “impensable tener a las mayoría argentinas acalladas sin voz ni voto”.
En este marco, sostuvo que es un buen momento “para recordar la lucha de lo que fue la resistencia peronista enmarcada, en particular, en el movimiento obrero organizado que fue la columna vertebral de la misma, a la opresión que los regímenes que se sucedieron a partir del 16 de septiembre de 1955”.
“Por otro lado – continuó – se cumplen hoy 40 años del 16 de septiembre donde la dictadura que empezaba a asomar su puño de hierro, generó la detención de una serie de estudiantes secundarios en la ciudad de La Plata luego de una orden salida del Batallón del Servicio de inteligencia 601”.
El terrorismo de Estado instalado en 1976, quiso acallar las voces de un grupo de jóvenes estudiantes secuestrándolos y torturándolos.
Tal como afirma el licenciado Arias, “se puede hablar de una fecha que ha signado la tragedia y que nos invita a reflexionar el valor de las instituciones y por otro lado, de las libertades que siempre deben ser respetadas. Ya que sin instituciones que se nutran de la libertad de expresión y demás libertades contenidas en la Constitución Nacional, no es posible la democracia y mucho menos la República”.
Recordar estos dos hechos sólo tendrá sentido si convencidos nos repetimos que no queremos revivirlos. Si sostenemos que cualquier tipo de violación a los derechos establecidos en la Constitución Nacional es inaceptable.
Los estudiantes de hoy y demás ciudadanos repiten este 16 de septiembre que #LosLápicesSiguenEscribiendo. Que sea desde el respeto a las instituciones y los individuos, desde la libertad de expresión, y desde la memoria.
Por Melisa Sabatini
@MelisaSabatini1