Interes General
13/08/2016 - 19:50:53



Participación de Mons. Cardelli en conferencia de Cáritas


Se llevó a cabo una conferencia sobre temas de educación y responsabilidad familiar. Organizada por Cáritas Diocesana. Los disertantes fueron los profesores: Mariano Narodowski y Jorge Noro.


Palabras de bienvenida de Mons. Cardelli:

Quisiera abrir esta Jornada que nos convoca, tan rica y con expositores tan calificados con una reflexión: Siempre el hombre logró encontrar el camino de entendimiento intergeneracional ¿qué sucede ahora?
¿Por qué esta falta de comunicación y vinculación entre las distintas generaciones; cuando debería existir, por el contrario, un lazo de gratitud y solidaridad?

En el siglo III antes de Jesucristo, Platón evocaba ya este problema: “Cuando los padres se acostumbran a dejar hacer a sus hijos, cuando los maestros temen a sus discípulos, y prefieren lisonjearlos, cuando finalmente estos jóvenes desprecian las leyes porque no reconocen ya, por encima de ellos, la autoridad de nada ni de nadie, entonces se hace presente, en toda su belleza y en toda su juventud, el comienzo de la tiranía”

En este “borrar las diferencias” se produjo la confusión de las personas” de la que ya habló Dante Alighieri. Esta deconstrucción, han contribuido, a lo largo de los últimos siglos a una implosión continua del vínculo social y a la dispersión del individuo.

Y todo nace de la negación del Padre. De la negación de que somos criaturas y no dioses. El antropocentrismo moderno ha terminado colocando la razón técnica sobre la realidad. A esto debemos el nacimiento de la filosofía del hombre convertido en dios, en los que la realidad y los demás no cuentan.
Pero sucede que ahora vino un Papa argentino que le dice al mundo todo lo contrario y se convierte en el principal líder mundial. Porque el mundo se da cuenta que hay esperanzas de cambio si entendemos que la realidad es superior a la idea. Que la tierra nos ha sido dada y que debemos respetar la estructura natural y moral de la que hemos sido dotados. Esas estructuras son las llamadas leyes de la naturaleza y están recogidas en la conciencia de todo hombre y conocidas mediante el sentido común (o la prudencia, según la filosofía)

La aparente indiferencia es el modo en el que el alumno responde a su soledad, sin filiación, sin tradición y sin posibilidad de inscribirse en una historia. Se vive a sí mismo en lo inmediato, sin preocuparse de las consecuencias, para los demás y para la sociedad, de sus hechos y de sus gestos. Privado de paternidad, no tiene vida por delante, y el futuro está cerrado si, a su vez, no acepta ejercer la función paterna.

Lo que ha ocurrido en la cultura y la educación de los últimos 300 años, como dice el Papa Francisco, es que el hombre suplanta a Dios, y al suplantar al Padre, provoca la rebelión de todas las relaciones sociales y hasta se rompe el equilibrio de la misma naturaleza. Al negar las funciones simbólicas que le permiten unirse socialmente a los demás, el individuo se ha desocializado progresivamente, y, por tanto, se ha desinstitucionalizado.

De esa mentira parten las restantes: da lo mismo ser padre que hijo, da lo mismo ser joven que viejo, da lo mismo ser niño que adulto, da lo mismo proteger la vida que destruirla.
El objetivo de la educación no es brindar información o saciar una curiosidad, sino tomar dolorosa conciencia, para atrevernos a convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo, y así reconocer cuál es la contribución que cada uno puede aportar.

Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos, y por eso mismo tampoco hay espacio para la globalización de la indiferencia.

La mejor manera de poner en su lugar al ser humano, y de acabar con su pretensión de ser un dominador absoluto de la tierra, es volver a proponer la figura de un Padre creador y único dueño del mundo, porque de otro modo el ser humano tenderá siempre a querer imponer a la realidad sus propias leyes e intereses.
El desafío es otro, hay que volver a mirar la realidad con espíritu crítico y analizar todas las ideologías que nos quisieron implantar. Dialogar con ellas y mostrarles su error, señalando las consecuencias trágicas a la que nos han llevado.

La cultura no puede ser planificada e impuesta. Simplemente aparece. Es el encuentro de la realidad, de la naturaleza con la impronta del hombre, su libertad, su movilidad y su espíritu.

La Iglesia a través de Cáritas quiere colaborar en la construcción de la cultura del encuentro, para que dejemos atrás la indiferencia y el descarte, por eso esta Jornada.

Le pido a Dios que los bendiga a cada uno de Ustedes y les ayude a cumplir con su misión, en esta difícil pero hermosa tarea, de ser adultos.

Mons. Héctor S. Cardelli
Obispo de San Nicolás

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