Quienes subestimen el alcance de las redes sociales, definitivamente están mirando a través de un catalejo en vez de observar con el caleidoscopio correcto. Esta nueva forma de comunicarnos, con sus múltiples facetas, llegó para quedarse. Para bien o para mal.
Por ello es importante no ser ni tan apocalíptico, ni demasiado naif.
La Internet es excelente para el trabajo, para el contacto con familiares o amigos que estén lejos, para buscar información… Y eso es sumamente valioso.
Pero también es excelente para que muchos niños sean engañados diariamente en relaciones virtuales con gente que creen conocer tras un intercambios de chats.
Como señala un informe realizado en el año 2014 por UNICEF, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el sistema de Protección de Datos Personales, “Internet es una herramienta que brinda nuevas posibilidades a problemáticas previamente existentes”, entre ellas, el abuso o acoso sexual a menores y la pedofilia propiamente dicha.
En el año 2013 se aprobó en Argentina la Ley de Grooming que incorpora al Código Penal Argentino la figura del ciberhostigamiento, considerando un delito la acción deliberada de un adulto de acosar sexualmente a un niño o niña mediante el uso de Internet.
¿Cómo actúan? Generan un perfil falso en una red social, y no sólo Facebook, hay muchas otras plataformas virtuales a las que tienen acceso los menores que seguramente desconocés.
Se hacen pasar por un chico o una chica y entablan una relación de amistad y confianza con el niño o niña que quieren acosar.
Hay una segunda fase donde suelen pedir una foto o video de índole sexual o erótica. Una vez que tienen icho material, comienza un período de chantaje en el que se amenaza a la víctima con hacer público ese material si no entrega nuevos videos o fotos o si no accede a un encuentro personal.
La tercera etapa es, en la mayoría de los casos, el objetivo central de los groomers: verse personalmente con el/la menor y abusar sexualmente de él/ella.
A continuación enumero una serie de recomendaciones para prevenirlo:
- La principal forma de prevención no es prohibir que los chicos hablen con desconocidos en las redes sociales, sino brindarles herramientas para que comprendan los riesgos que existen al compartir datos personales en la web y que conozcan las formas de prevenirlos.
- Cuando los chicos están aún en la infancia, la posibilidad de hablar con desconocidos efectivamente debe estar regulada por los padres o familiares.
- Para los adolescentes, en cambio, recomendamos reforzar el diálogo, la confianza e inculcar una mirada crítica y reflexiva sobre sus actitudes en la web.
- Es necesario puntualizar un poco más respecto a la prevención:
- No dar información o imágenes comprometedoras por chat. Esta recomendación no debe limitarse a los desconocidos ya que las fotos rápidamente pueden cambiar de contexto y quedar expuestas en la web.
- No utilizar la cámara web cuando chatean con desconocidos. Del otro lado pueden estar grabando lo que ellos muestren, sea de contenido sexual o no lo sea.
- Evitar que les roben la información comprometedora a la fuerza. Para eso es necesario configurar y mantener la seguridad del equipo informático.
Más allá de todas las recomendaciones, el secreto radica en la relación que los padres forjen con sus hijos. En el tiempo que le dedican. En la atención que le dan. En el diálogo, la confianza y el interés.
Asimismo, la escuela también puede aportar una gran ayuda a esta problemática concientizando a los alumnos, fomentando la interacción en la clase y el intercambio de ideas que permitan al menor construir una buena crítica respecto al uso de Internet.
Por Melisa Sabatini
Fuente consultada: "GROOMING. Guía práctica para adultos". http://goo.gl/T2QJ5z
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