En un año lleno de desafíos y nuevos proyectos, la UTN Facultad Regional San Nicolás celebra el 52º aniversario de sus inicios, donde hombres comprometidos con la región impulsaron la creación de la por entonces denominada Facultad del Norte de la Provincia de Buenos Aires. Hoy el contexto ha cambiado, pero no así el compromiso por el desarrollo y el empuje de toda una región.
Década del sesenta. Pleno auge en el desarrollo del cordón industrial. Los obreros de las recién nacidas empresas siderúrgicas y metalúrgicas se iban profesionalizando y esta necesidad devino en la presentación de un proyecto por parte del diputado nacional Dr. Ricardo Fernández Irujo, el cual impulsaba la creación de la Facultad del Norte de la Provincia de Buenos Aires. Esta ley, con el número 15.997, sería sancionada el 30 de octubre de 1961. La necesidad de ingenieros metalúrgicos, mecánicos y eléctricos acercó a los aspirantes rápidamente a la Facultad, comenzando así a generarse la Comunidad Universitaria.
La ubicación geográfica de la ciudad favoreció el surgimiento de grandes industrias relacionadas a la siderurgia, la metalurgia, generación de energía e industrias químicas. Este fuerte impulso requirió de mano de obra especializada, lo que colaboró además en el crecimiento de la región a partir de las migraciones internas.
Tal como plantea su decano, el Ing. Haroldo T. Avetta, “en la región se reconoce la presencia de la Facultad Regional San Nicolás, se admite su protagonismo y se aceptan sus conocimientos para delinear el futuro socio-productivo de cada una de las localidades cercanas”. Con una experiencia de cincuenta y dos años, esta Regional se ha constituido como un faro de conocimiento e innovación en el norte de la provincia de Buenos Aires.
Es así que con cada aniversario “reafirmamos nuestro compromiso para incrementar las posibilidades de capacitación pedagógica y disciplinar destinadas a nuestros docentes; aumentar el número de ingenieros que el país demanda; impulsar mayores investigaciones, desarrollos e innovaciones tecnológicas; ampliar las actividades de responsabilidad social universitaria y fortalecer la gestión institucional”, concluye Avetta.
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