Luego de la autopsia la fiscalía solicitó, entre otros estudios, un análisis de ADN comparativo sobre muestras del cadáver hallado en inmediaciones de barrio 7 de Setiembre.
Algunos de los efectos personales fueron reconocidos por familiares de una persona ausente desde hace meses.
En la tarde del sábado se completó el estudio cadavérico del cuerpo hallado en zona rural de calle Montiel en inmediaciones de barrio 7 de Setiembre.
La autopsia fue determinante que el deceso se produjo por un paro cardiorespiratorio no traumático. De este modo se descarta un deceso por un hecho de violencia, aunque restan análisis más exhaustivos que determinarán el estado en que estaba el cuerpo en el momento del deceso y e tiempo que este se produjo.
El paso del tiempo y la acción de las alimañas impidieron que se pueda hacer un reconocimiento visual. El cadáver se encontraba desmembrado y era irreconocible.
Personal de la comisaría Segunda, por instrucción de la fiscalía actuante, contactó a familiares de una persona que está desaparecida desde el mes de agosto en esa jurisdicción. Se trata Mario Marcelino Ojeda, de 56 años de edad.
Ante la observación de un rosario que tenía el cadáver en su cuello y las vestimentas, acertaron a que pertenecerían al desaparecido. Es por eso que la fiscalía solicitó que se realice un análisis de ADN comparativo con una muestra de sangre de un hermano de Ojeda para despejar dudas.
Los restos del hombre hallado el sábado quedarán en la morgue judicial hasta que se excluya cualquier duda sobre su identidad.