Las festividades de la Candelaria y San Blas tienen para la grey católica signos sensibles en sus celebraciones. El lunes 2 de febrero en la plaza del barrio Don Américo bendición de la velas y procesión hasta la capilla para la celebración de la santa misa.
La ceremonia de bendición comenzará a las 19:30 y será presidida por el diácono Orlando García.
Posteriormente se trasladará al templo de Carrilla y Nación donde el padre Arnoldo Clavijo celebrará la eucaristía.
En la homilía los niños escenificarán el relato del evangelio de la presentación del Señor.
Llevar velas para ser bendecidas
El 3 de febrero es San Blas.
En la parroquia San Antonio bendeciremos las gargantas en las misas de las 8:00 y 10,30 en la sede parroquial, Ameghino 1070.
Esta fiesta , antes del Concilio,se- la llamaba Fiesta de la Candelaria o Fiesta de la Purificación de la Virgen.
Venía considerada como una de las fiestas importantes de Nuestra Señora.
Lo más llamativo era la procesión de las candelas o velas.
De ahí el nombre de
Una procesión clásica, tradicional, atestiguada ya en antiguos documentos romanos.
En concreto, el Liber Pontificalis nos asegura que fue el Papa Sergio I, a finales del siglo VII, quien dispuso que se solemnizaran con una procesión las cuatro fiestas marianas más significativas por su antigüedad:
*la Asunción,
*la Anunciación,
* la Natividad y,
* por supuesto, la Purificación.
Éste sería seguramente el origen de la procesión de las candelas.
Esta fiesta había sido importada de Oriente.
Su nombre original -hypapante-, de origen griego, así lo indica.
Esa palabra, que significa
es la celebración del encuentro con el Señor, de su presentación en el templo y de la manifestación del día cuarenta.
Los más antiguos libros litúrgicos romanos aún siguieron conservando durante algún tiempo el nombre original griego para denominar esta fiesta.
Señalamos que esta fiesta, tal como ha quedado diseñada en el actual calendario de la Iglesia a raíz del Concilio Vaticano II,ha recuperndo de este modo su sentido original, no es precisamente una fiesta de la Virgen, sino del Señor
Sin embargo, hay que reconocer el carácter tradicional de la Candelaria, cercana además a la fiesta de San Blas, de indudable raigambre popular y rodeada de importantes elementos tradicionales de carácter cultural y floklórico, como la bendición de las gargantas,
Este hecho nos invita a diseñar, aunque sea de forma esquemática, la evolución histórica de la fiesta que, ya a partir de la Edad Media, se reviste de un carácter marcadamente mariano.
El nuevo calendario litúrgico, establecido a raíz de la reforma del Vaticano II, considera de nuevo esta solemnidad como fiesta del Señor.
Sin embargo, sin renunciar a este carácter fundamental de la fiesta, la piedad popular bien puede alimentar su devoción mariana y seguir celebrando a María, íntimamente vinculada al protagonismo de Jesús, en este acontecimiento emblemático de la presentación en el Templo, por el que Jesús es reconocido como Salvador y Mesías por los dos ancianos Simeón y Ana, representantes singulares del pueblo elegido.