Locales
13/03/2013 - 20:17:02



"En esta historia damos sin pedir nada a cambio"


Esta mañana, Toni “El Suizo” Ruttimann estuvo en San Nicolás narrando su apasionante vida construyendo puentes colgantes en lugares aislados de todo el mundo para ayudar a los más necesitados. La disertación fue en el Teatro Municipal Rafael de Aguiar. La convocatoria fue organizada por Ternium Siderar quienes junto a Tenaris, colaboran con materiales para esta obra.

En 1987 comenzó con este colosal desafío. Abandonó su Suiza natal y viajó hacia Ecuador conmovido por la noticia de un terremoto.

Después de aquella primer experiencia no pudo detenerse. Su destino había quedado unido para siempre con los más necesitados a través de ese primer puente.

Ante la mirada de alumnos de escuelas secundarias de nuestra ciudad, Toni Ruttimann narró toda su travesía a los largo de estos 26 años de arduo trabajo. Mediante imágenes impactantes nos permitió conocer la realidad de pueblos pobres de América Latina y Asia, donde la construcción de un puente significó un acceso seguro a escuelas, centros de salud, y al trabajo.

En la actualidad, ya son mas de 600 los puentes construidos que benefician a 1.742.100 personas de Ecuador, Vietnam, Honduras, México, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Camboya, Laos, Myanmar e Indonesia.

En Ecuador, Toni encontró un aliado para la tarea: Walter Yánez, quien durante un tiempo lo acompañó en sus viajes por Latinoamérica. Si bien Ruttiman ahora trabaja en el sudeste asiático, Yanéz sigue construyendo puentes en el país donde todo comenzó.

Las construcciones son realizadas por los mismos pobladores, quienes depositan su fe en este “puentero suizo” que llega con un granito de arena para mejorar sus realidades.

En un primer momento, los puentes tenían pisos de madera que duraban sólo de 3 a 5 años. Pero todo empezó a cambiar en el 2001 cuando Toni golpeó las puertas de Tenaris en Veracruz pidiendo la colaboración de caños para levantar 28 puentes en ese estado costero de México.

La respuesta fue positiva, y mas tarde en el 2005, se sumó Ternium donando chapas para suplantar los pisos de madera. El traslado de estos materiales implica un importante esfuerzo logístico, pero vale la pena ya que la calidad de los puentes ha mejorado significativamente dándole resistencia y mayor durabilidad.

“Yo no vengo solo vengo con un poco de cientos de miles de campesinos que están caminando por esas chapas, caminando por esos puentes. Y si alguien tiene a algún amigo o padre o familiar que trabaja ahí adentro (Ternium Siderar), díganles que lo que hacen en esas planchas es una vida”, expresó Toni en el Teatro Municipal.

Ruttimann remarca que es un hombre libre, sin ligamentos con organismos privados, públicos o religiosos. Y sostiene que ayudar a los demás es la mejor manera de invertir su vida.

“El mundo es así, esta acostumbrado que cualquiera acceda o se venda por alguna cosa, pero yo no, soy puentero y soy libre y tengo que serlo para estar disponible, para estar para todos. Tuve una gran suerte, una súper suerte, que las compañías que son de la Argentina: Tenaris con los tubos y Ternium con las chapas, entendieron que nosotros no somos vendibles, que no se debe ni se puede hacer marketing con nosotros o ponernos un logotipo en la cara como hacen todos y ellos respetan eso. Y nos regalan por que si, porque ven a cuanta gente le sirve esto, porque es una historia hermosa de tanta transparencia. (…) Y todos los que estamos involucrados en esta historia damos sin pedir nada a cambio, yo todavía no tengo sueldo, no tengo casa, no tengo nada, voy de puente en puente como inmigrante trabajador”.

Esta persona, que a los 19 años dejó todo para ir a ayudar a los demás, después de 26 años sigue sosteniendo: “Esto es lo mas importante que puedo hacer con mi vida”.

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