El Día de la Tradición se celebra en la Argentina el 10 de noviembre, fecha que fue elegida en conmemoración del nacimiento del poeta argentino José Hernández (1834 - 1886), que escribió El gaucho Martín Fierro.
En la fecha, el Prof. Lic. Ricardo D. Primo ofrece un artículo en honor al gaucho argentino.
En 1884, un circo ítalo-norteamericano representaba en el escenario del Teatro Politeama la versión de Juan Moreira que su autor, Eduardo Gutiérrez adaptó para tal fin en el estilo de pantomima.
Allí, los cómicos no hablaban, todos los movimientos se reflejaban mediante una mímica y este silencio se compensaba con duelos criollos, enfrentamientos, cantos y danzas y la música de guitarras y toda una escenografía, inclusive con jinetes que entraban al recinto.
Más tarde, el circo de Podestá en Chivilcoy, convirtió la pantomima en teatro, con diálogos extraídos de la novela de Gutiérrez.
Ellos plasmaban de esta forma una búsqueda de la identidad nacional representando un estilo de vida que estaba quedando atrás, resaltando al gaucho perseguido por una autoridad injusta con la complicidad del inmigrante codicioso.
Juan Moreira era un testimonio crítico de alguien que había vivido y seguido de cerca, las injusticias de una época que se imponía sobre otra. La Argentina de entonces, con las diversas corrientes inmigratorias, los cambios en la economía, queriéndose convertir en un país agro-exportador de materias primas para otros más industrializados, una Argentina que se abría al desarrollo agrícola cubriendo sus campos con cultivos y olvidándose de los pobres gauchos que en formas semi legales eran perseguidos y atrapados por este progreso avasallante.
“El gaucho, en el estado de criminal abandono en que vive, está privado de todos los derechos del ciudadano y del hombre, sobre su cabeza está eternamente levantado el sable del comandante militar y de la partida de plaza a quien no puede resistirse, porque entonces para castigarlo, habrá siempre un cuerpo de línea. Ve para sí cerrados todos los caminos todos los caminos del honor y del trabajo, porque lleva sobre su frente este terrible anatema; hijo del país” (Juan Moreira, página 14 Centro Editor de América Latina, Bs. As, 1980).
Esta crítica de Gutiérrez, que no comenzó ni terminó con esta obra ya que desarrolló más de treinta y cinco, como así también notas diversas en las que evidenció una defensa contra los juicios condenatorios y persecuciones desatadas contra gauchos y paisanos casi todo el siglo.
No podrá ser de otra manera por quien sentía representar en la pluma todas las vivencias de quienes no podía llegan a contar. Capitán del Ejército en un fortín, veterano de la campaña contra Namuncurá y la batalla de La verde, no se le podrá negar el mérito de poder expresar algo que conocía a fondo.
Su corta vida, ya que falleció a los 38 años de tuberculosis- la dedicó de lleno al trabajo agotador en los diarios.
“El dolor rebosa en su alma al contemplar este cuadro de desorden. Su corazón absorbe todo el veneno que tanta maldad ha derramado en él y el gaucho se lanza al camino lleno de odio y ansioso de venganza. Entonces su puesto fuera de la ley, que para él no existió nunca, y condenado a pelear en el campo para defender su cabeza que codicia la partida de plaza, con la que pelea hasta morir, por haberse resistido a la autoridad o con cualquier otro pretexto” (Pág. 15).
“Y al punto dése por muerto
si el alcalde lo bolea
pues ahí no más se le apea
con una felpa de palos,
y dispues dicen que es malo
el gaucho si los pelea”
También José Hernández en “Martín Fierro”, pág. 13, Editorial TOR demuestra en toda su obra cómo eran tratados los gauchos en aquella realidad social y política que pasaba a imponerse.
“Tuve en mi pago en un tiempo
hijos, hacienda y mujer
pero empecé a padecer
me echaron de la frontera
¡y que iba a hallar al volver!
Tan solo hallé la tapera”
Sin embargo, la carencia de identidad nacional que sufría entonces el país, con el tiempo y la política económica impuesta, iría definiendo un perfil de nación dependiente. Fiel al pensamiento de Canning un funcionario inglés “Inglaterra será el taller del mundo y la América del Sur su granja”
Esta estructura propuesta para la Argentina suponía una reducida clase terrateniente, una mínima clase media que resultara necesaria para una intermediación... una gran burocracia estatal y al escasa técnica que demanda una economía primaria y simplista. El país productor de materia primas de un mundo colonial.
Prof. Lic. Ricardo D. Primo
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