Desde la Dirección de Acción Social se informó que el caso de violencia doméstica ocurrido en barrio Oeste fue consecuencia del incumplimiento de las medidas judiciales que se impusieron sobre el abusador.
Se repite el hecho de un hombre excluido del seno familiar que impunemente ataca a sus víctimas.
Según se supo Romani no podía acercarse a la casa donde vivía su familia. La medida había sido dispuesta por la Justicia después de que el hombre había violentado a su mujer e hijos.
Para preservar la integridad física y mental de las víctimas se había dispuesto un perímetro de exclusión.
Los mecanismos de ayuda a la mujer y sus hijos estaban articulados y se les brindaba una contención integral para sacarlos del estigma del círculo de violencia.
El hecho ocurrido en barrio Oeste repite el esquema del hombre violento que no acata las medidas procesales dispuestas y vuelve a imponerse por la fuerza.
En este caso, sin que haya llegado a un desenlace fatal, se dan todos los factores que componen la espiral de violencia doméstica que tuvo resonantes casos últimamente.
Las instituciones comprendidas la Mesa Local de Violencia Familiar, que acompaña el Ministerio de Desarrollo Social actuaron oportunamente cuando el caso de la familia Romani fue denunciado.
Tanto la mujer como sus hijos menores fueron incluidos en los programas respectivos y recibieron ayuda de profesionales. Se pusieron en marcha desde el Centro de Orientación y Prevención en Violencia Familiar, dependiente de la Dirección de Acción Social de la Municipalidad de San Nicolás.
Si embargo todos estos mecanismos resultaron infructuosos para alejar al hombre violento que volvió a atacar y terminó hiriendo a la mujer, a uno de sus hijos, y atentó contra su vida.