El desenlace fatal de Susana Rosa Ojeda se encuadra en un “hecho de violencia de género”. La responsable de Acción Social, Patricia Podestá, indicó que la víctima y su entorno familiar eran asistidos desde el Centro de Violencia Familiar. Denunció que el agresor violó repetidamente el perímetro de exclusión que le impuso la Justicia.
Podestá clarificó algunos aspectos que serán tenidos en cuenta en la investigación de este femicidio.
Ojeda era asistida desde el Centro de Orientación y Prevención en Violencia Familiar, dependiente de la Dirección de Acción Social de la Municipalidad de San Nicolás.
En su entorno íntimo también eran acompañados algunos de sus hijos.
La mujer sufrió de violencia física y sicológica de parte de su esposo, del cual estaba separada de hecho y en trámite de divorcio.
El último domingo Carlos Silva volvió a incumplir el perímetro de exclusión que le impuso la Justicia, luego de repetidos hechos de agresión física.
Ingresó por la fuerza a la casa e intentó matarla. No logró su cometido porque se interpuso un hijo, que también fue agredido por su progenitor.
La especialista indicó que “ninguna causa justifica que haya un sometimiento del otro, bajo ninguna forma o circunstancia”. Y lamentó que Susana no haya podido cortar con “el estigma de la violencia”.
Para la Directora de Acción Social “se trata de un claro hecho de violencia de género”, de los muchos que se tratan con el equipo interdisciplinario del Centro de Orientación y Prevención en Violencia Familiar.
Patricia Podestá fue prudente a la hora de opinar sobre este caso, y espera que la Justicia logre dilucidar totalmente este hecho.
Pero fue enérgica en la defensa de los mecanismos para la asistencia de las víctimas de violencia familiar, del acompañamiento que se les brinda desde el Centro y espera que salgan a la luz todos los casos de violencia doméstica que están subyacentes en la comunidad.
De este modo se podrán evitar desenlaces lamentables.
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