El gobernador bonaerense Daniel Scioli estuvo en Córdoba, y se reencontró con quien le salvó al vida cuando tuvo el accidente en el que perdió un brazo.
Se trata del vicecomodoro Jorge Barbero. Scioli se emocionó profundamente al reconocerlo.
“A este buen hombre le debo la vida y siempre estará en mi corazón. Todavía recuerdo su rostro, cuando en medio de mi dolor le pedí que no me dejara morir. Supo actuar en una situación dramática y por eso llevo su grato recuerdo de por vida”, dijo el gobernador bonaerense, emocionado y palmeando a Barbero, quien hoy vive en Córdoba y trabaja en la Fábrica Militar de Aviones.
El 4 de diciembre de 1989, Scioli, acompañado por su copiloto Luca Nicolini, competía en los mil kilómetros del delta argentino. A una velocidad de 220 kilómetros por hora, la lancha chocó contra una ola, que había dejado un barco de gran porte, y volcó. Como consecuencia, el brazo derecho de Scioli quedó aprisionado por el borde de la máquina, y el motonauta permaneció moribundo en el río Paraná.
Barbero, quien seguía la competencia desde un helicóptero de apoyo, hizo aterrizar la máquina en un lugar de imposible acceso y rescató al motonauta.
Con los ojos brillosos de emoción, Scioli contó aquel momento dramático.
“Estaba consciente, pero el dolor era terrible y veía que me estaba desangrando. Tengo muy presente el rostro de Barbero cuando llegó en aquel momento. Lo miré a los ojos y le dije: ‘No me dejés morir’”.
El militar le aplicó morfina y le hizo un torniquete en el brazo que evitó que se desangrara hasta llegar a un hospital de Rosario.
Scioli se encargó de resaltar que aquel momento fue una bisagra en su vida. “Cuando sentís tanto dolor, estás al borde de la muerte y sos consciente de esa situación, después todo te parece secundario. Aquel accidente cambió mi escala de valores. Perdí mi brazo derecho y tuve que aprender a moverme de nuevo en la vida. Pero todo lo que vino después fue maravilloso. Y todo eso se lo debo a Barbero, que me salvó la vida”, agregó el gobernador.
Scioli dice que el drama de perder su brazo derecho y ahora tener que manejarse con una prótesis le fortaleció el espíritu. Aquel episodio le dejó enseñanzas que hoy –remarcó– aplica en su función de gobernador. “Siento que aquella situación límite me fortaleció, porque conocí en carne propia lo que es el sufrimiento. Lejos de ser pedante, puedo afrontar situaciones dramáticas y acompañar a quienes sufren situaciones extremas. Algunos se preguntan por qué voy a ver a la gente cuando ocurren hechos dramáticos. Y yo siento que puedo escucharlos, acompañarlos, porque viví una situación límite”, afirma convencido.