Desde este lunes 1 de junio se dejan de vender las bombitas incandescentes de más de 25 watts, con el objetivo de ahorrar energía. En su reemplazo, en las góndolas o comercios especializados habrá solamente las lámparas de bajo consumo o LED, que tienen una vida útil que va del doble a 50 veces más que las incandescentes, aunque sus precios son bastante más caros.
El principal beneficio de las nuevas lámparas es que con ellas se reducirá entre un 30% y un 70% el consumo de energía destinado a iluminación.