Con las últimas lluvias y el calor, los mosquitos proliferaron e inevitablemente comparten con nosotros todos los rincones. Resistentes a los insecticidas, inermes a los repelentes, no hay verano sin mosquitos.
El Culex deja gran cantidad de huevos en zonas donde hay vegetación y agua. Mientras que las altas temperaturas acortan el ciclo de los huevos.
Desde el Departamento de Vectores, indudablemente se intensificaron las acciones que se venían desarrollando permenentemente. En especial en el control de larvas y las larvitrampas, para seguir la evolución del Aedes Aegyptis.
En casa, con mallas en las aberturas y pastillas termoevaporables se puede poner una empalizada entre los culex y nuestras humanidades. Y al aire libre, con repelentes debidamente colocados, se puede convivir con los Culex.
Las prácticas tradicionales apuntan a que el humo y ciertos aromas los alejan, pero no son aconsejables si no existe un buen manejo del fuego.
En fin, es verano, y los mosquitos también forma parte de él.
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