Antonio Mamerto Gil Núñez, correntino de Mercedes, es un santo profano, un mito y una leyenda. Todo junto en el ideario popular del litoral que se va enraizando en cada lugar donde hay un correntino o un devoto supersticioso. Como un Robin Hodd criollo le han endilgado robarle a los ricos para darle a los pobres, y justificar su falta a la ley. (Nota completa en "Columnistas")