El gigante automotriz estadounidense General Motors reconoció ayer en Detroit que sus auditores plantearon "dudas sustanciales" sobre su capacidad de supervivencia ante la falta de dinero y las gigantescas pérdidas que arrastra.
La empresa, que acumula 74 millones de dólares en pérdidas en los últimos dos años, logró hasta ahora evitar la suspensión de pagos exclusivamente gracias a que Washington le concedió, a fines de 2008, un total de 13.400 millones de dólares en préstamos.
La empresa afirmó que recortará 47 mil puestos de trabajo a nivel mundial y lleva adelante tratativas con los sindicatos por la reducción de los salarios.