Interes General
02/10/2016 - 13:06:43



La violencia como parte de nuestra cotidianeidad


Cada 2 de octubre se celebra el Día de la No Violencia en conmemoración del natalicio de Mahatma Gandhi, un hombre que guió a su país, La India, a la independencia con prácticas a favor de la no violencia.

En el mundo siempre hubo tiempos violentos, por eso se requieren hombres y mujeres como Gandhi, que tomen la bandera de la paz en su entorno y busquen el fin del maltrato que una persona, grupo o nación esté padeciendo.

Vivimos en una sociedad donde la violencia en todas sus formas (física, verbal, psicológica, etc) se ha instalado y naturalizado de manera muy peligrosa. Insultos, malos tratos, golpes, abusos, se reflejan reiteradamente en medios de comunicación masivo, en la escuela, en nuestro trabajo, manejando en la ciudad, en nuestro propio hogar. La violencia nos atraviesa, nos es común.

Los cánticos temerarios de una hinchada a otra en un espectáculo deportivo, palabras subidas de tono de un hombre poco caballero a una chica que pasa caminando, un joven empujando a otro por ser de un grupo de amigos diferente, una chica burlándose y rebajando a otra en las redes sociales, con la aprobación de sus contactos.

Escenas que nos son familiares y las podemos ver cada día. Vivimos en una sociedad que está anestesiada ante actos de violencia que parecen pequeños e inofensivos. Pero reaccionamos espantados ante actos violentos de magnitudes mayores que sacuden y llenan de indignación a la gran masa de ciudadanos.

¿Pero estarán aislados los pequeños actos de aquellos mayores? O serán la semilla que como sociedad vemos crecer y no hacemos nada al respecto por pensar que es tarea de alguien más o porque sostenemos que no tenemos nada para aportar ante el avance de la violencia.

Es el tiempo para que tomemos la bandera de la paz y en un silencioso accionar cada uno de nosotros usemos las herramientas que tenemos para frenar el avance de la ola de violencia que nos sacude. Herramientas cotidianas pero no menos efectivas para cortar desde la misma raíz lo que infecta a nuestro entorno.

Podemos enumerar cuatro acciones con las que podemos empezar ahora mismo a ser promotores de paz.

- Digamos a las personas lo bueno que vemos en ellas y todo el potencial que aún tienen guardado. Especialmente a los niños y jóvenes. Ellos son el presente y el mañana. En ellos podemos sembrar la semilla de la paz.

- Pasemos por alto ofensas. Perdonemos más y carguemos menos rencor. Olvidemos rápido el mal recibido y devolvamos bondad.

- Pasemos momentos de calidad con familia y amigos.

- Ayudemos a los más necesitados. Eso nos hará ver lo afortunado que somos por las cosas simples que disfrutamos cada día; salud, un techo o un plato de comida caliente. Nos volveremos más agradecidos.

Comprometiéndonos a cumplir solo uno de estos puntos, la silenciosa pero efectiva revolución de la paz estará cobrando fuerza en medio de nosotros y será solo cuestión de tiempo para que nuestra sociedad comience a cambiar. Depende de mí, depende de cada uno.

Colaboración de Mauricio Díaz, referente del Grupo No Más Violencia San Nicolás. En la foto, Mauricio Díaz junto a Fernando Carradori, presidente de "No Más Violencia".



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