La obra del Santuario Diocesano de María del Rosario quedó habilitada en todo su esplendor. En una celebración multitudinaria el obispo Cardelli y su antecesor, Mons. Maulión, bendijeron los muros de las naves y disposición final del templo erigido a la Virgen del Rosario de San Nicolás.
El obispo de San Nicolás Monseñor Héctor Cardelli presidió la procesión y misa central en una jornada que tuvo varios signos festivos.
En su homilía dijo “Este es un momento trascendente de la iglesia en San Nicolás y el mundo entero. Aquella semilla de piedra que fue sembrada cuando enterramos la piedra fundamental, hoy nos cobija con su techo y nos contiene en su seno como una madre a sus hijos”.
En su alocución ante un campito colmado de peregrinos que desfilaron durante todo el día ante la imagen en su definitivo lugar dijo Cardelli: “Cuando irradiamos lo que aquí recibimos nos convertimos en esa sal y esa luz de la que nos habla Jesús y muchos se sentirán llamados a venir a esta fuente de amor y de gracia para saciar su hambre de Dios y descubrirlo a él cómo camino verdad y vida”.
Al final de la celebración eucarística el pueblo ingresó al templo, donde el obispo diocesano y su antecesor, Mons. Mario Maulión, recorrieron las naves bendiciendo sus muros. La procesión se realizó en la imagen genuina que tiene nuevas coronas recientemente colocadas y que quedará permanentemente en exposición en el punto central del templo.