En la siguiente nota, el Analista en Seguridad Vial y Titular del Portal A Rodar Alexis Evdemon, sintetiza lo ocurrido en los últimos 17 años en seguridad vial en Argentina. Propone algunas medidas para mejorar la situación actual del tránsito, y destaca la capacitación teórica y práctica en Escuelas de Conductores como la más rápida y eficaz medida para comenzar a revertir la situación actual de inseguridad vial.
A nivel nacional, en el año 1994 se sancionó la vigente Ley Nacional de Tránsito n° 24.449, para tratar de comenzar a encontrar una solución al problema de la siniestralidad vial. La realidad es que la situación no mejoró, y tuvimos a lo largo de más de una década un promedio de 8.000 muertos por año en siniestros de tránsito. En el año 2008, se sanciona una actualización a la Ley Nacional de Tránsito mediante la Ley 26.363, esta ley crea la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y establece varias modificaciones a la anterior ley 24.449.
Con la creación de la ANSV, y de distintas Agencias y Direcciones provinciales, la seguridad vial en nuestro país comienza a tener más oxigeno y es a partir del año 2008 que se comienzan a vislumbrar algunas mejoras.
Más allá de estas buenas noticias, la realidad es que estamos muy lejos de ser un país seguro desde el punto de vista vial. Los siniestros de tránsito son la principal causa de muerte de personas menores de 35 años. Las muertes generadas en el tránsito son la punta del iceberg, gran parte de nuestra población queda con algún grado de discapacidad luego de los siniestros de tránsito, los hospitales están abarrotados de lesionados y heridos, y las pérdidas materiales producto de estas causas generan a nuestro país, según distintas ONGs una merma mayor al 1,4 % del PBI (pérdida mayor a 10.000 millones de U$S anuales).
Queda claro que es necesario desarrollar nuevas metodologías y herramientas que puedan encontrar una solución más efectiva al mediano y largo plazo.
Todos los especialistas en seguridad vial coincidimos sobre la trilogía vial: causas de los siniestros de tránsito: factor humano, factor infraestructura vial y factor vehicular. El factor más importante sobre el que hay que trabajar es el humano. Es aquí donde nuestro país tiene graves problemas.
Medidas a implementar:
Es necesario desarrollar una actividad más intensa y sistemática en la capacitación teórica en temas relativos a la seguridad vial general, en los niveles primarios y secundarios de la enseñanza formal. No alcanza con una jornada de capacitación, como se plantea en algunos casos. Es necesario desarrollar un programa de capacitación que vaya incorporando conocimientos en forma sistemática a medida que el niño va creciendo y hasta llegar a la edad en que puede llegar a ser un conductor de algún tipo de vehículo motorizado.
Más allá de la medida anterior, es necesario instrumentar medidas que fomenten la asistencia de los futuros conductores a Escuelas de Conductores. Es en este ámbito donde fundamentalmente se debe capacitar al futuro conductor, en seguridad vial concerniente a la circulación con vehículos motorizados, tanto en la faz teórica como en la práctica. La práctica es fundamental e irreemplazable. Acaso se podría conseguir por ejemplo un buen tenista sin las necesarias horas de práctica en una cancha de tenis. ¿Alguien podría aprender un deporte estudiando un manual o a partir de clases teóricas? Afirmar esto último sería una verdadera falacia.
La pregunta es, hasta el momento ¿cómo aprende la gente a conducir?, ¿dónde aprenden?, ¿quién les enseña?
Noten que hago referencia a la palabra conducir y no a la palabra manejar. Aunque a veces se utilizan estas palabras como sinónimo, quiero resaltar la palabra conductor. En mi opinión y la de muchos especialistas, un conductor debe reunir los siguientes requisitos:
A) Debe saber manejar correctamente, entendiendo por manejar la capacidad de mover los pedales, el volante, la palanca de cambios, etc. en forma armonioso y sincronizada, con el objetivo de tener pericia y destreza en la circulación.
B) Debe conocer las normas de tránsito, y debe implementarlas y respetarlas.
C) Debe realizar conducción segura y defensiva, entendiendo por tal un sin número de técnicas que permiten reducir el riesgo de sufrir un siniestro de tránsito.
D) Debe tener conciencia vial, entendiendo como tal la capacidad de reconocer los peligros y de implementar medidas para corregir estas situaciones, eligiendo siempre opciones que garanticen la seguridad propia y la de terceros.
Para desarrollar la conciencia vial, en estos días se cuenta con medios multimedia y la transmisión de conocimientos de gente con experiencia y habilitada, los que permiten incrementar la sensibilidad y responsabilidad de los futuros conductores. De lo contrario habría que esperar a la generación de conciencia a través de la experiencia propia que se daría en el tránsito. Muchas veces esta última metodología no da una segunda oportunidad o es excesivamente costosa para el aprendiz y la comunidad.
La realidad es que sólo aproximadamente alrededor del 5 % de la población asiste a una Escuela de Conductores que cuenta con personal capacitado y vehículos doble comando. Es decir, solo el 5 % de la población recibe una capacitación formal y sistemática.
También es cierto que algunas Escuelas de Conductores enseñan a manejar y no a conducir. Esto se debe principalmente a 4 motivos:
A) Considero la principal causa, que los exámenes teóricos y prácticos en las Municipalidades del país no se ajustan a las necesidades actuales y no son lo suficientemente exigentes y eficaces. En general no se cuenta con los medios necesarios y el personal capacitado para desarrollar esta tarea. Es necesario desarrollar un sistema de capacitación formal que apunte a formar y capacitar debidamente a examinadores teóricos y prácticos.
B) No existe un buen sistema formal de capacitación y formación de los instructores. (Excepción: la Prov. de Bs. As. ha implementado en el año 2011 un registro de Escuelas e instructores y un sistema de capacitación formal para los instructores de las Escuelas de Conductores. Es un excelente inicio, aunque el sistema debe ser pulido y mejorado para obtener buenos resultados en el futuro).
C) Falta de responsabilidad y conocimiento del titular de la Escuela.
D) La falta de reglamentación o regulación y la competencia despiadada en algunas ciudades, hace que se vendan cursos cada vez más pequeños con el ánimo de captar clientes.
Otro problema es que no hay suficientes Escuelas de Conductores y hay ciudades pequeñas en las que directamente no existen. Esto es así porque no es una actividad suficientemente rentable y en las condiciones actuales es económicamente imposible desarrollar la actividad en ciudades con una población menor a 40.000 habitantes.
Esto tendría una solución relativamente sencilla con algunas medidas gubernamentales que fomentaran la actividad. De hecho en otros países esta actividad sí está desarrollada; en España, país con una población similar a la nuestra hay 6.000 Escuelas de Conductores y en Brasil hay 10.700 (país que tiene una población 5 veces mayor a la nuestra). En Argentina solo hay alrededor de 300 Escuelas de Conductores en el circuito formal.
¿Cómo es posible que Brasil cuente con 7 veces más Escuelas de Conductores que Argentina en la misma proporción de habitantes?
Es que nuestro país vecino cuenta desde hace varios años con una legislación que obliga a los aspirantes a una licencia de conducir a asistir a un Centro de Formación Vial (Escuela de Conductores) en donde se dicta un curso teórico de 45 horas cátedra de 50 minutos y 20 horas cátedra de práctica con vehículos doble comando, de las cuales un 20 % deben ser nocturnas. Además este sistema cuenta con controles muy estrictos que garantizan la asistencia a clase por parte de los alumnos.
Argentina también cuenta desde el año 2008 con una legislación similar. La Ley 26.363, la que crea la ANSV, incorpora en el art. 14 de la ley 24.449, específicamente el inciso 3 que establece la asistencia obligatoriedad a un curso teórico-práctico de educación para la seguridad vial, en una Escuela de Conducir pública o privada habilitada. Este inciso no se ha aplicado hasta el momento porque nunca fue debidamente reglamentado por la ANSV.
Algunos detractores de la actividad opinan que los cursos en las Escuelas de Conductores son muy costosos. A ciencia cierta, cualquier curso es mucho más económico que las consecuencias que pueden existir por no recibir una capacitación formal. También podrían implementarse mecanismos por los cuales las Escuelas de Conductores o el gobierno dieran becas a por ejemplo el 5 % de los asistentes (personas de escasos recursos) en el caso de que estos no pudieran pagarlos.
Mencioné más arriba que es necesario desarrollar un buen sistema formal de capacitación y formación de los instructores teóricos y prácticos de las Escuelas de Conductores, como así también desarrollar un sistema de capacitación formal que apunte a formar y capacitar debidamente a examinadores municipales teóricos y prácticos. Esto se podría hacer con cursos cortos multidisciplinarios de aproximadamente 80 horas reloj, en la órbita de las sedes de la Universidad Nacional Tecnológicas (UTN) del país, en los que se apuntaría específicamente a las necesidades teóricas y prácticas de estas actividades.
Desde ya, aunque son muy importantes, las medidas de seguridad vial no se agotan en estas mencionadas. También se debería seguir con los controles y sanciones, crear las condiciones para poder implementar el scoring, mejorar la infraestructura vial, mejorar e implementar una correcta señalización vial en la mayoría de las ciudades del país, etc.
Estas son, en mi opinión, algunas posibles soluciones a la preocupante situación actual del tránsito.
Nadie dice que sea sencillo, la situación es muy compleja, pero está claro que no podemos conseguir mejores resultados repitiendo las mismas actividades del pasado.
Al tránsito en Argentina se lo podría comparar con una persona que está en terapia intensiva, no lo vamos a mejorar dándole una Aspirina. Es necesario implementar medidas drásticas y sistemáticas para tener efectividad. La verdad que no sería para nada saludable dentro de 10 años seguir contando aproximadamente 8.000 muertos anuales producto del tránsito.
Cdor. Alexis Evdemon
Analista en Seguridad Vial (UTN)
Docente en la Tecnicatura Superior en Seguridad Vial (UTN)
Miembro de la C.D. de ABEC, Asoc. Bonaerense de Esc. De Conductores.
Miembro del Consejo Consultivo de Tránsito de la ciudad de San Nicolás, Pcia. de Bs. As.