Interes General
25/09/2011 - 02:35:08



Vida de José Ignacio Rucci


José Ignacio Rucci nació en Alcorta, provincia de Santa Fe, un 15 de Marzo de 1924, en un puesto de la Estancia “La Esperanza”, un pueblo que se desarrollo gracias al tendido de la red ferroviaria y que se gano un lugar en la historia de nuestro país por las rebeleliones rurales en los comienzos del siglo XX.
De orígenes muy humildes termino la educación primaria y continúo sus estudios en la Escuela de Artes y oficios al tiempo que ayudaba a su padre en las tareas rurales.
Fue uno de los millones de jóvenes que, ante el desarrollo industrial, abandonaron el campo para incorporarse al nuevo proletariado.
Viajo a la Capital Federal gratis, en el camión del diario “El mundo” consiguió su primer trabajo en una confitería en la zona de Flores y al poco tiempo obtuvo sus primeros ascensos.
Pero Rucci tenía formación profesional y no se sentía a gusto como gastronómico. Logró entrar, para desempeñara tareas subalternas, en La Ballester-Molina, una fábrica nacional que producía armas automáticas. Es allí donde, a los 22 años, comenzó a ejercer su oficio de metalúrgico como “tornero a revólver” y conoció a Hilario Salvo, un dirigente de la recién fundada UOM. Fue uno más de los miles de obreros que concurrieron a la Plaza de mayo el histórico 17 de octubre de 1945. Dos años después será elegido como Delegado de fábrica, cargo que desempeñó hasta 1953, cuando se produjo el golpe militar de 1955 era el conductor de un grupo que manejaba un sector importante de la Compañía Argentina de Talleres Industriales y Anexos (CATITA), fábrica de la que habían surgido varios creadores de la UOM.
Fue Secretario de Prensa de la UOM, cuando Augusto Timoteo Vandor se desempeñaba como Secretario General; luego renunció a su cargo por diferencias con este. Posteriormente se destacó también por su eficaz gestión como interventor, nombrado por el gremio, de la seccional de San Nicolás, electo como Secretario General de la misma gracias a su relación de dependencia adquirida en Protto Hermanos.
En 1970 es elegido Secretario General de la Confederación General del Trabajo de la Republica Argentina, enfrentara duros cuestionamientos, debates con Agustín Tosco líder de Luz y Fuerza Córdoba y la CGT de esa provincia. Su lealtad a Juan Domingo Perón no tenia limites, el sabia que en la Argentina de la década del setenta el salvar su propia vida era sinónimo de traición y cobardía. El no lo era todo lo contrario era leal y valiente a la causa del pueblo.
Sus encuentros con Perón, viajes a Madrid y permanentes Plenarios de la C.G.T lo hacían como el máximo referente del mismísimo general en nuestro país de su palabra lo que provocaba numerosas amenazas.
El 23 de Septiembre de 1973 Juan Domingo Perón gana por tercera vez la presidencia por abrumadora mayoría.
José Ignacio Rucci enfrenta el desafío mas difícil, quedando en el centro de la escena ganándose el odio de los mas diversos sectores, mostrando una vez mas su lealtad a Perón. Firma el Pacto Social para luego decir: “Yo se que con esto estoy firmando mi sentencia de muerte, pero como la Patria está por encima de los intereses personales, lo firmo igual”.
La izquierda lo estigmatizaba como el máximo símbolo de la burocracia sindical, pero ni los dirigentes sindicales del momento, ni el aparato político representado por López Rega, ni los sectores económicos representados por José Ver Gelbard – que aceptaron el congelamiento de los salarios pero no de los precios- salieron en defensa del Secretario General de la C.G.T
Al suspenderse las negociaciones paritarias los grandes gremios también vieron afectado su poder y, si bien no criticaron el acuerdo de una forma explícita, no estaban dispuestos a sostenerlo por un largo período. Como es lógico suponer ni las grandes empresas, ni la Sociedad Rural aceptó el Pacto Social ya que atentaba contra la libertad de mercado.
El 25 de septiembre, pocos días antes de ver a Perón asumir por tercera vez la presidencia, casi al mediodía, cuando estaba trabajando junto un pequeño grupo de dirigentes sindicales en una vivienda prestada, José Ignacio Rucci fue asesinado. Tenía sólo 49 años y dejaba a Coca, su compañera de toda la vida, y dos hijos: Aníbal de 14 años y Claudia de 9 años. El acusado de ladrón y burócrata sindical dejó como única herencia una casa en la Matanza y un auto usado.
Se describe así el dolor de Perón quien al dar el pésame a la señora de Rucci le expresó: “Me mataron al hijo. Me cortaron el brazo derecho”.
“En las calles de Flores quedaron para siempre los recuerdos del boyero de Alcorta, del mozo de bar, del tornero de Ubertini, del delegado peleador de CATITA, del fundador de las 62 Organizaciones, del orador del Luna Park, del preso de Frondizi, del metalúrgico relegado por Vandor, del duro organizador y máximo referente de de la Seccional San Nicolás, de aquel que deseaba ‘mirar a los ojos de sus enemigos’ y que en definitiva terminó asesinado por la espalda aquel 25 de septiembre de 1973”.
A los Montoneros les faltó coraje para asumir públicamente el asesinato de Rucci, pero les sobró cinismo e imaginación para bautizar la acción comando: “Operación Traviata” haciendo referencia los 23 agujeritos que tiene esta galletita, tantos como las balas que impactaron en el cuerpo del sindicalista.
A treinta y ochos de la desaparición física del pequeño gigante del Sindicalismo Argentino, desde el Sindicato Único de Trabajadores Municipales de San Nicolás recordamos a José Ignacio Rucci rogando una oración en su memoria tan noble y fresca en el recuerdo de quienes estuvieron a su lado.
"Las leyes emanadas del gobierno del pueblo, elaboradas por los representantes del pueblo, habrán de regir la convivencia argentina, asegurar los derechos de todos para frenar a cualquier acción ilícita y por lo tanto antinacional y antipopular. Sólo de esa manera se garantizará la paz y la unidad de los argentinos, y se cimentan las bases sobre las cuales las nuevas generaciones, nuestra maravillosa juventud, irá produciendo el indispensable trasvasamiento que la acercará al futuro y el logro de sus mejores destinos."
José Ignacio Rucci
(Discurso que leería el día 25 de Septiembre ante las cámaras del canal trece)

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