Los tiempos electorales traen en su folclore la campaña con afiches, pintadas y pasacalles. Con más o menos presupuesto se apropian de tapiales, postes y cuanto rincón pueda usurparse para mostrar un nombre, una cara o un lema. Las manifestaciones en la vía pública son altamente rechazadas.
Para quienes opinaron en la encuesta de EL INFORMANTE, la campaña en la vía pública es resistida. En general afean la ciudad, y casi nadie se encarga luego de quitar las proclamas, sean vencedores o vencidos.
Ante la cuestión de las pintadas, pegatinas y pasacalles; el 27 por ciento opinó que deben ser reglamentadas, Un 18 por ciento que deben hacerse con sentido común. Un 51 por ciento se mostró totalmente en contra y un 4 por ciento que son inevitables.