El Obispo de San Nicolás convocó a todos a reflexionar el misterio del nacimiento de Jesús, mes a mes, siguiendo el tiempo del embarazo. Fue durante el Día de la Anunciación, Jornada de oración por el Niño por Nacer. En el Santuario Diocesano bendijo los vientres de las embarazadas.
Monseñor Héctor Cardelli, Obispo de San Nicolás, rezó un rosario mientras transcurría la procesión de la misa central de este 25 en el Santuario, por todos aquellos que no vieron la luz, y los que están gestándose. En la cúpula se dieron cita peregrinos de todas las latitudes que vinieron a visitar a María del Rosario. Muchos de ellos especialmente rezaron para evitar que en Argentina se legalice el aborto.
En su homilía dijo que “Jesús fue cigoto, embrión, niño por nacer, bebé. Esto nos ayudará a redescubrir, en cada vida concebida, en cada embarazo, por más inoportuno que sea, el hacer de Dios en sus criaturas y nos permitirá vislumbrar el reflejo de la divinidad en la humanidad en cada una de ellas. En el seno de María, lo divino se une a lo humano; en el seno de nuestras madres, lo humano se abre a lo divino”.
Mons. Cardelli agregó que “en el medio de múltiples y crecientes amenazas que se ciernen contra la vida humana en su estado más frágil e indefenso”, la Iglesia “no puede menos que recrear nuevas llamadas para despertar al valor y a la toma de conciencia y a la defensa de aquellos a quienes no se los deja nacer”. Sobre la reflexión del tiempo de embarazo, como modo de tomar conciencia sobre el hecho de la vida, dijo Cardelli, que debe llegar “a crear una mirada reparadora de la cultura antivida que tiende a destruir la dignidad humana del ser más perfecto creado por Dios, hecho a su imagen y semejanza”. Mes a mes, hasta el 25 de diciembre, instó a acompañar “la gestación de Jesús y el embarazo de María para ir empapando todos nuestros ambientes con el espíritu de la sacralidad de la Vida”.
Durante la procesión de las ofrendas, se entregaron en el altar escarpines para las futuras mamás, y Grávida renovó su compromiso de acompañar a las mujeres embarazadas e riesgo social. Al término del oficio religioso, las embarazadas presentes fueron convocadas para una bendición especial.