Los acontecimientos comenzaron a espesarse, cuando la sede del Club Social Buenos Aires fue ocupada por unas trescientas personas identificadas con camperas y banderas de la UOCRA. Los mismos estaban en las gradas en el salón donde se montó el escenario que no pudieron ocupar Felipe Solá y los dirigentes que lo acompañaban.
Los manifestantes ruidosamente entonaban cánticos oficialistas, y se negaron a abandonarlo cuando el propio Solá los increpó.
Durante largo rato los organizadores del acto donde se iba a festeja del triunfo de la alianza en las legislativas de 2009, deliberaban sobre los pasos a seguir.
Llegaron a consultar a las más altas autoridades de la policía departamental, que de inmediato dispusieron un importante operativo de seguridad.
Cuando llegó el diputado Solá, directamente fue a increpar a los manifestantes, quienes se negaron a dejar el salón y confesaron que les pagaron para “hacer quilombo”. Fue entonces cuando Solá y el diputado provincial Ismael Passaglia determinaron que por la seguridad de los simpatizantes convocados el acto se iba a realizar en otro lugar.
Foto 1: El escenario quedó vacío a la espera del lanzamiento de Solá.
Foto 2: El legislador intentó el diálogo con los usurpadores sin llegar a un acuerdo.
Foto 3: La policía ocupó un lugar estratégico entre los facciones opuestas.