Interes General
31/07/2012 - 00:03:04



Un hombre de acero


El Profesor Ricardo Primo acerca estas líneas sobre la figura del General Ingeniero Manuel Nicolás Savio, al cumplirse este 31 de julio un nuevo aniversario de su fallecimiento. Se destaca su visión de estadista, que a veinte años de su partida se cuajó en al primera colada en la ex Somisa.

UN HOMBRE DE ACERO
Manuel Nicolás Aristóbulo Savio
(1892- 31 de Julio de 1948)

“Toda nuestra estructura económica desarrollada sobre programas o planes de activación industrial, no tendrá consistencia y presentará demasiados puntos débiles, sino se asienta sobre la primera e indispensable –piedra básica- constituida por la capacidad de producir aceros para rieles, puentes, barcos, arados, etc. De poco servirán las iniciativas y los esfuerzos tendientes a desarrollar otras empresas o trabajos, si previamente no se ha dado este gran paso capital, de poco valdrán las exhortaciones y las tentativas para crear o mantener industrias manufactureras, si falta todavía constituir la que sigue ocupando el primer puesto en el desenvolvimiento de todas las de un mismo origen; la del acero” Gral. Manuel Nicolás Savio.

En el mismo año en que se conmemoraba 400 años del comienzo de la dominación española sobre América, nacía el 15 de Marzo, Manuel Nicolás Aristóbulo Savio. Se sostiene que su padre era un inmigrante genovés y su madre una argentina hija de inmigrantes italianos.

Dos años antes de celebrarse el Centenario de la Patria, este joven de 16 años egresa del Colegio Nacional de Buenos Aires y para 1909 se registra su ingreso al Colegio Militar de la Nación.

Su primer destino como Subteniente es en el 5to Batallón con asiento en Tucumán y al cumplirse el centenario de nuestra independencia asciende a Teniente Primero siendo trasladado al Colegio Militar como instructor.

Poseía un fluido dominio del idioma francés y por ello traduce algunos libros de militares de esa Nación.

La Primera Guerra Mundial había finalizado y el mapa europeo había cambiado. Nuestro país experimentó la escasez de manufacturas provenientes de naciones más industrializadas a las que les vendíamos nuestras materias primas.

Se produjo una reducción del comercio exterior y una inesperada oportunidad para el desarrollo industrial argentino. Sin embargo ésta no se podía aprovechar y explotar en su plenitud a raíz de que había que importar maquinarias destinadas a este acción.

La ley Sáenz Peña abrió las puertas del escenario político al Radicalismo que lega al poder colocando a Hipólito Yrigoyen como su Presidente de los Argentinos en 1916.

Las importaciones siderúrgicas aumentaron vertiginosamente una vez finalizada la primera guerra mundial. De 120.000 tns en 1918 a 920.000 en 1924.

Para 1923, Savio es destinado a la Comisión de Adquisiciones en el extranjero, con asiento en Bruselas. Los vínculos comerciales tendían a reestablecerse con las antiguas metrópolis europeas pero la experiencia de la escasez y la dependencia habían calado profundo en muchos militares argentinos entre los que se encontraba este joven de 31 años.

En Europa, visita establecimientos industriales que estaban vinculados a la fabricación de armamentos e insumos. El Tratado de Versalles había impuesto limitaciones a Alemania y Francia se había fortalecido. Visita y recorre ambas naciones observando estas instalaciones.

Toma contacto personalmente con quienes sobrevivieron a la contienda bélica y aprende de sus experiencias en cuanto a las necesidades de provisiones y logística de guerra.

Durante la Presidencia de Marcelo T. de Alvear, regresa al país con un riquísimo conocimiento y aprendizaje y con la jerarquía de Mayor.

Se dedica entonces a capacitar a los futuros ingenieros militares.

En Argentina se había ido construyendo una conciencia en la clase industrial argentina de la necesidad de contar con una industria siderúrgica importante, pero ello no podía superar las restricciones naturales del país, en cuanto a la disponibilidad de mineral de hierro y carbón.

En vísperas del Golpe Militar de 1930, asciende a Teniente Coronel.

Existen autores que dan cuenta de la participación de Savio en el movimiento cívico militar golpista que lideraba Uriburu en el cargo de Jefe de la Sección Informaciones y Ordenes del Estado Mayor en Jefe Revolucionario. Otros manifiestan que debió actuar a desgano como Jefe de las Secciones de Infantería y a órdenes del Estado Mayor Revolucionario. Incluso sostienen que una de sus primeras tareas en su función fue la detención del General Enrique Mosconi en el Arsenal de Guerra.

Obtenido el triunfo por parte de los golpistas, Savio es interpelado por Uriburu acerca de su futuro y este militar le trasmite la necesidad e importancia de la creación de la Escuela Superior Técnica que sería fundada a fines del año 30 siendo designado como su primer Director.

La crisis capitalista mundial, estaba haciéndose sentir en nuestro país. Las economías tendían a achicarse y se interrumpían nuevamente los antiguos vínculos comerciales. El dinero escaseaba. La banca internacional ya no extendía créditos y los estados nacionales ensayaban distintas recetas para salir de esta situación.

La intervención del Estado en la economía, surgía como una de ellas.

Existía un déficit de combustibles, y era difícil renovar el parque industrial. Las Fuerzas Armadas carecían de fuentes de abastecimiento lo que reafirmaba más nuestra debilidad frente a otras naciones mejor preparadas.

El Gran Buenos Aires había sido convertido en un centro importante de localización industrial, a raíz entre otros motivos de la existencia de un mercado numeroso, concentrado y con buen poder adquisitivo, abundancia de mano de obra, fácil acceso desde el interior por el ferrocarril y desde el exterior por el puerto con toda su infraestructura. Algunos analistas coincidieron en señalar como el inicio de la actividad industrial metalúrgica a la transformación de originales talleres de reparación y mantenimiento de equipos importados, tales casos como Pescarmona S.A., Turri S.A. y R. Vasalli S.A.

Alejandro Bunge escribió al respecto: “Sería insensato permanecer en la actual inferioridad en cosas que son la base moderna de la defensa y la esencial autonomía económica. Están en retardo de nuestras industrias siderúrgicas y metalúrgicas, la de construcciones navales, automotores, aviones, productos químicos y otras industrias llaves…”

Manuel Nicolás Savio se desempeñó como Jefe de la Guarnición Militar en San Nicolás durante 1935. Durante su estadía en ésta ciudad vivió sobre Avda. Saavedra Nº 93-Actual Avenida Savio).

Un año más tarde, por decreto del 24/12/1936 se creó la Dirección de Fábricas Militares que ponía bajo su órbita algunas dependencias en operaciones.

Se sabe que Savio comenzó a trabajar entonces en un borrador de Proyecto de creación de la DGFM (Dirección General de Fabricaciones Militares.

En el país se producían arduos debates incluso acerca de la necesidad de industrialización. Tradicionalmente nuestro país venía desarrollando un modelo producción agroexportadora que hacía hincapié en la producción agrícola ganadera.

El estallido de la 2da Guerra Mundial en 1939, aceleró el interés de grupos militares de acelerar nuestra industrialización con vísperas a la defensa nacional. Por entonces el país importaba 467.000 tns anuales de laminados y aproximadamente 300.000 tns de productos terminados. La producción nacional apenas alcanzaba a 18.000 tns de laminados.

Durante la Presidencia de Roberto Ortiz en 1941 se sanciona la ley 12709 que crea la DGFM convirtiéndose Savio en su primer director.

Mientras esto acontecía, a un baqueano llamado Wenceslao Gallardo y un italiano Angel Canderle que habían ido a cazar en unos bosques de Zapla cercana a Jujuy, les llamó la atención el color rojo parduzco de las piedras que pisaban, identificando enseguida el inmigrante –que había sido minero en su país- a dicho hallazgo como “una mina de hierro”.

Para 1943, se inaugura los Altos Hornos de Palpalá, un establecimiento ubicado a la vera del mismo yacimiento mineral que fuera su principal abastecedor. El 11 de Octubre de 1945, cuando el mundo iba descubriendo los horrores y secuelas de la 2da Guerra Mundial, se producía la primera colada de arrabio en Jujuy. La Argentina y el Mundo estaban demasiados ocupados para tratar esta importante noticia.

El Gral. Manuel Savio siguió trabajando en la elaboración de proyectos de ley para la provisión y cuidado de materias primas básicas, como el cobre, plomo, estaño y tungsteno.

Concebía la participación de los capitalistas e industriales nacionales junto al Estado y fue un fuerte impulsor de la producción de caucho sintético y ácido sulfúrico con materias primas nacionales.

Recibió el grado de General de División en 1946, luego de la irrupción del peronismo en al escena política, sin ser afiliado o simpatizante del nuevo régimen.

Contrae matrimonio con la Sra. Alicia Dorrego y de su matrimonio nacen tres hijas: María Alicia, Marta Matilde e Irene Inés.

El 31 de Junio de 1946 mediante el decreto 22.215 se crea la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (SOMISA) de la cual fue su primer presidente.

Se sostiene que era un hombre sumamente honesto, austero y culto. Lector de los clásicos y de poesía. Que nunca aceptó cobrar ninguna retribución que no fuera su salario del Ejército.

Vivió en una casa del barrio de Belgrano que adquirió mediante un préstamo del Banco Hipotecario que a la hora de su muerte acaecida el 31 de Julio de 1948, todavía estaba pagando,

El 5 de Mayo de 1961, luego de varias idas y venidas, por fin se produce la primera producción de acero en la Planta Siderúrgica de Punta Argerich (Partido de Ramallo) que llevaría su nombre.

Bibliografía Consultada:

PRIMO Ricardo Darío SOMISA, UNA HISTORIA DE ACERO. Printer Ediciones, San Nicolás, 2006
Echagüe, Selva – Savio, Acero para la industria – Buenos Aires (1999)

Sitios:
http://www.revisionistas.com.ar/
http://www.pensamientonacional.com.ar/
http://www.buscandohistoria.com.ar/
http://www.elhistoriador.com.ar/

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