Interes General
02/06/2024 - 19:31:52



“HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA”: “Solemnidad del Cuerpo de Cristo”


Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (Mc 14,12-25)

“El primer día de la fiesta de los panes ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: ‘¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual? Él envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: ‘Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cátaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: ‘El Maestro dice: ‘¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?’ Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta, prepárennos allí lo necesario’. Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascual. Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: ‘tomen, esto es mi Cuerpo’. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”. Palabra del Señor.

El sentido del cuerpo

¿Qué celebramos en esta fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo? Cristo dio a su cuerpo el sentido de un gran amor; el amor de Dios que viene a nosotros. Por eso sus manos tocan los ojos del ciego devolviéndole la vista; sus brazos abrazan a los niños y dan el abrazo de la paz; su labios dicen palabras de Dios que son luz; caminando Jesús llega hasta los hambrientos, los enfermos, los que sufren para curarlos y consolarlos; sus ojos miran con amor, su corazón se compadece por la viuda de Naím a la que se le ha muerto el único hijo y se lo resucita. Todo esto y otros tantos gestos nos indican que Cristo, a través de su cuerpo, sensibilizó el amor de Dios para nosotros. Por otra parte, Cristo dio a su cuerpo un sentido “sacrificial”, lo entregó en la cruz para nuestra salvación. De ese modo Cristo lleva a la máxima expresión la vocación de nuestro cuerpo: ser signo de amor hasta el sacrificio. De ese modo, está uniendo de nuevo a la humanidad con Dios, la re-liga, vuelve a unirla –ese es el sentido de la palabra re-ligión-, “volver a unir a los hombres con Dios”, por eso su entrega tiene un sentido “esponsal”, en su misma persona se vuelve a unir la humanidad con Dios, porque Él es el hijo de Dios hecho hombre. A su vez su vida y su entrega hasta el sacrificio, son fecundos porque nos librarán del pecado, y por el Espíritu Santo que nos ganó en la cruz, cambiará nuestro corazón de piedra, insensible e indiferente, en un corazón de carne, capaz de amar como Él amó.

Sensibilizar el amor

Así Cristo nos redescubre el sentido de nuestro cuerpo: sensibilizar el amor de Dios. Nosotros también estamos llamados, a usar nuestros ojos para ver lo que necesita nuestro hijo, nuestro amigo o nuestro prójimo; a usar nuestros brazos para dar un abrazo afectuoso; a caminar al trabajo con el cual ganamos el pan para los nuestros; o caminar a buscar a nuestro hijo a la escuela como un signo de que alguien piensa en él y lo ama; a sentir que nuestro corazón conmovido es signo del afecto que bulle dentro ante una situación determinada. Nosotros también, como Cristo, estamos invitados a dar a nuestro cuerpo un sentido de amor “sacrificial”; eso ocurre cuando nos cansamos física y psíquicamente sirviendo o trabajando; cuando hacemos “vela” sacrificando horas de sueño por un familiar que está internado en un hospital. Es el caso de los cansados por tantas horas de trabajo. Allí es claro que el cuerpo está expresando la máxima vocación de nuestra carne: ser signo de amor hasta el sacrificio. Esto celebramos en esta fiesta que la Iglesia católica llama “Corpus Christi”, o la fiesta del Cuerpo de Cristo: que el cuerpo de Cristo fue expresión de un gran amor y que nosotros tenemos la misma vocación. Buen domingo.

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