Política
23/09/2018 - 12:53:05



Macri en EEUU: Un presidente golpeado y un papel impensado


Lic. Sebastián ARIAS

En medio de lo que parece ser una tregua, o al menos un respiro en la más violenta de las tormentas que le ha tocado capear, el presidente de la Nación embarcó rumbo a NYC (New York City) para participar de la 73va Asamblea General de las Naciones Unidas.

Este foro de alcance mundial ha permitido a gobernantes y referentes políticos de todo el mundo ser una vidriera en la que mostrarse y de esta manera es un eslabón más en el juego de la política.

Retumban aún en el verde mármol del estrado las palabras de Ernesto “Che” Guevara que el 11 de diciembre de 1964 anunciaba, casi sin inmutación y con soberbia al mundo entero, que en Cuba “fusilamientos sí, hemos fusilado y seguiremos fusilando mientras sea necesario”. El argentino que por entonces era Ministro de Industria de la isla caribeña reconocía así ante los representantes de la mayor parte del mundo que los derechos humanos en tiempos revolucionarios estaban supeditados, es decir, uno o varios escalones más abajo de los postulados ideológicos que los impulsaban. Pues en Cuba, esos fusilamientos y persecuciones no sólo eran contra militares del ya derrocado régimen de Batista, sino que ahora esos pretendidamente libertarios fusiles apuntaban al pueblo, a civiles que simplemente no adherían sus ideas y tenían la osadía de querer pensar por cuenta propia.

También fue testigo la inmensa sala, del discurso del ex presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, cuando el 21 de septiembre de 1987 pronunció palabras ambiguas acerca de una posible invasión extraterrestre, y de cómo las diferencias humanas desaparecerían de inmediato frente a esto. Por supuesto, los ufólogos y paranoicos consideran a este discurso como parte de una verdad que ha sido ocultada por una enorme maquinaria burocrática y trasnacional. Pero la realidad es que la Asamblea General, constituye sin duda una de las tribunas más apetecidas por los líderes y referentes del mundo entero, allí se habla también urbi et orbi (a la ciudad y al mundo), allí se toma visibilidad, allí se existe.

Pero la Asamblea también es la excusa. El presidente sabe que no es allí donde debe impactar, su misión está en otro lado. Está en el centro financiero de la ciudad que es mundo para esos fines y por ello no son los grandes temas geopolíticos mundiales los que requieren hoy la atención de Mauricio Macri empeñado en la difícil, y hasta pareciera por momentos ciclópea, tarea de encauzar la economía local.

Macri deberá transmitir confianza ese es su desafío. Deberá convencer a los grandes financistas del mundo que los cambios que introdujo en el gabinete luego de la última y fenomenal corrida, permitirán robustecer su gobierno.

El mundo financiero sabe que Macri cuenta con los dólares para enfrentar sus compromisos hasta el fin de su mandato, saben también que este año las metas comprometidas se sobrecumplirán y que del surrealista déficit del 7% del PBI heredado en 2015, este año se estará cerrando, con frío y rechinar de dientes, en aprox. el 1.1% ya muy cerca de la que parecía una quimérica meta: “vivir con lo nuestro” (con el debido perdón a la memoria de Aldo Ferrer), o “déficit cero”.

El mundo tiene desconfianzas políticas hacia la Argentina, esa es la realidad que se traduce por supuesto, en una mirada hipercortoplacista al momento de invertir, y en esa clave sólo es posible hablar de inversiones de naturaleza financiera.

Ya no es claro un triunfo de Cambiemos en 2019, como podía parecerlo hace un año. Las torpezas políticas a la hora de enfrentar la coyuntura de una mala cosecha o una crisis comercial entre Estados Unidos y China, han sembrado la duda en propios y extraños acerca de la capacidad del “equipo” de gobierno para conducir a la Argentina hacia el desarrollo.

Esa es la cuestión nodal que Macri intentará destrabar en NYC. Deberá mostrarse como un líder capaz de ordenar la tropa y replantear la estrategia de cara a un resurgimiento peronista, que ha visto como maná caído del Cielo la sumatoria de torpezas políticas comandadas por Peña y que le obligaron (al peronismo) a tratar de hacerse fuerte en lo único que parece quedar en pié de su doctrina: su vocación de poder.

Aquí se trata ya de una contienda entre un capital cobarde y la sombra amenazante del peronismo; que tiene en la inestable coalición gobernante a un actor que ya no es capaz de ser percibido como la alternativa al populismo.

Macri deberá representar por estas horas un papel que jamás pensó realizar a los 33 meses de su gobierno, pero deberá recordar, si quiere ser nuevamente una opción de poder, aquellas palabras de Homero, al asegurar que los hombres “son ellos mismos los que traen por sus propias locuras su exceso de penas”.

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