Con una nutrida concurrencia de fieles peregrinos al Santuario María del Rosario de San Nicolás, se celebró el pasado jueves, la VII Jornada Mariana del presente año, presidiendo la ceremonia central, luego de la habitual procesión, Mons. Héctor Sabatino Cardelli, Obispo titular de la Diócesis.
En su homilía del pasado 25, Mons. Cardelli se hizo eco del fervor juvenil que manifiestan los jóvenes en Brasil, participando de las Jornadas Mundiales de la Juventud y de la sencillez de lenguaje con que el Sumo Pontífice Francisco, predica el Evangelio.
Sobre el Evangelio de Mateo del día habló del compromiso, la ambición de poder y sus tentaciones.
Cardelli motivó a no dejarnos tentar por la ambición al poder ya que “esta tentación del poder es sumamente peligrosa porque nos desplaza el centro de adoración. Cuando el poder nos invade y nos domina ya Dios no ocupa el lugar que le corresponde, porque Él es el único poderoso y nosotros somos los adoradores de ese poder de Dios”.
Y sostuvo que el Evangelio, nos enseña que realmente el poder pasa por el servicio.
Respecto a las palabras del Papa en el marco de las Jornadas Mundiales de la Juventud, Mons. Héctor Cardelli manifestó: “Estamos viviendo el comienzo de estas jornadas que renuevan a la Iglesia con el testimonio y con la predicación sencilla y clara del Papa Francisco y en realidad qué maravilla poder entender el Evangelio con este lenguaje que nos hace a nosotros sentir cómodos porque no se trata de una doctrina revestida de grandes conceptos teológicos sino de la verdad que ahí está la verdadera teología. La verdad y el mensaje de Jesús en palabras que nosotros las podemos entender y poderlas llevar después a la práctica. Para nosotros, poder captar este mensaje es sumamente saludable porque es lo que vivió María. Nosotros estamos honrando en este lugar a la Santísima Virgen por todo lo que Ella es y es modelo de humildad y de servicio, una servidora del Señor: “que se haga en mí la palabra que Él dice”, para trasladarla también a nuestra vida concreta. Porque nosotros también podemos caer en esta tentación a veces, sin advertirlo suficientemente".
Mas adelante de su homilía, expresó: "Creo que a veces en las familias, en las instituciones y en la misma Iglesia, cuando hay rupturas, divisiones, tensiones, se debe fundamentalmente a esto, a quién tiene el poder, sin aceptar la postura del otro. Y esto en realidad divide y aquí el imperio no es de Cristo sino del diablo que nos mueve a mantenernos en una postura que no es precisamente la que Jesús nos enseña y nos pide.
Tengo como una percepción, que este pontífice nos ha va a aleccionar en estas conductas simples, sencillas, cotidianas, familiares, barriales, eclesiales, parroquiales, en los colegios, en las instituciones".
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